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El mercado financiero dio revancha luego del desplome de 2008. Los activos que cotizan en la plaza local reportaron ganancias que permitieron hasta duplicar el capital invertido en el transcurso del año. Los papeles bancarios y los títulos públicos fueron la mejor alternativa. La decisión de reabrir el canje de deuda se convirtió en el principal motor del excelente desempeño de la Bolsa de Comercio, que se ubicó quinto entre las que más ganaron a nivel mundial, con un alza en dólares del 89,6 por ciento, de acuerdo con un informe del Instituto Argentino de Mercado de Capitales. El dólar al público cerró en 3,83 pesos, con una apreciación de apenas el 10,4 por ciento.

El último ajuste de precios se exhibió en mayo. A partir de allí comenzó la recuperación de las Bolsas mundiales y el mercado argentino hizo punta con un recorrido más que interesante. El Merval comenzó el año en 1080 puntos y llegó a tocar un piso de 930, arrastrado por la crisis y la caída del precio del petróleo. El avance en el valor del crudo permitió a las empresas del sector mostrar balances más sólidos a partir del segundo semestre, en tanto que los bancos se vieron beneficiados por el repunte de los títulos públicos. Así el panel de empresas líderes concluyó con una ganancia del 116 por ciento.

Las acciones más destacadas fueron las de los bancos Patagonia, Hipotecario y Macro, y por fuera del indicador sobresalieron Bolt y las firmas cuya actividad está vinculada también con los commodities, como Carboclor y San Miguel.

Los bonos iniciaron su racha alcista en los primeros meses de este año. La reapertura del canje y los avances en la negociación con el Club de París atrajeron nuevos inversores, locales e internacionales, para posicionarse en deuda argentina. En promedio, los bonos con vencimientos más próximos y en pesos registraron un avance de 198,2 por ciento en el año. Entre los más largos se encuentra el Bogar 2018 (en pesos), con un alza de 157,3 por ciento y el Descuento, con 86,7 por ciento.

El dólar volvió a ser la peor opción para los ahorristas. No bien fueron despejados los rumores sobre una supuesta megadevaluación después de las elecciones legislativas del 28 de junio, el público retornó a los bancos a colocar su dinero quitándole presión a la cotización de la divisa. El resultado fue una apreciación respecto del peso de apenas el 10 por ciento entre enero y diciembre, para concluir en 3,83 pesos.