Sobre fin de año, cuando se acallaba la polémica sobre la renuncia de Abel Posse al Ministerio de Educación por sus declaraciones en contra de los juicios a los represores, el secretario de Relaciones Internacionales de PRO, Diego Guelar, propuso que se debatiera “una amplia amnistía para saldar el pasado trágico” y reivindicó “el perdón, como parte de nuestra tradición judeo-cristiana”. Eso sí, aclaró, debe ser “después de que la Justicia termine los juzgamientos en curso”. El dirigente macrista y ex funcionario menemista aseguró a Página/12 que no comparte las posiciones de Posse, pero sostuvo que “se lo demonizó”.

Al frente de las relaciones internacionales del macrismo, Guelar es uno de los dos secretarios del partido PRO: el otro es Luciano Miguens, quien ocupa la de Agricultura y Ganadería. Embajador de Carlos Menem en Washington en la época de las “relaciones carnales”, Guelar enfrentó acusaciones por la quiebra del Banco del Oeste, por la que su hermano Guido Guelar estuvo prófugo. El ex diplomático fue sobreseído por el vaciamiento de ese banco.

El dirigente macrista envió un documento en el que planteó “saldar nuestro pasado trágico con una amplia ley de amnistía después de que la Justicia termine los juzgamientos en curso”. “El perdonar no es anular la memoria ni evitar el juicio de la historia. Es aplicar los valores de nuestra civilización judeo-cristiana al servicio de la reconciliación y la construcción de un futuro mejor”, consideró.

–¿Coincide con los planteos de Posse, entonces? –le preguntó este diario.

–No tengo claro lo que planteaba Posse. Lo que yo planteo no es abortar el ejercicio actual de la Justicia. Yo estuve siete años clandestino como militante montonero y en las listas de las personas a ser fusiladas. Por eso, tengo la autoridad moral. Lo que pasó en la Argentina fue una tragedia y tiene responsables que deben responder ante la Justicia. Pero en algún punto, al que no le pongo tiempos, la sociedad va a necesitar una situación de reconciliación. Va a requerir un cierre desde el punto de vista político. Las leyes de amnistía e indulto fueron un cierre prematuro. Desde un punto de vista histórico y de memoria no va a cerrar: lo que ocurrió fue un genocidio y fue desproporcionado. No creo ni en la teoría de los dos demonios. La Justicia debe terminar de expedirse y, de cara al futuro, en algún momento, se deberá resolver por vía de una amnistía. Esto lo reclama la mayoría de la sociedad, que siente un agotamiento del tema, y eso es peligrosísimo.

–¿Por qué plantea esto ahora?

–Porque tenemos que definir un marco ideológico y político para atrás. Tenemos un debate como partido, que implica el encuadramiento del PRO en una tradición histórica, que yo llamo el PRO-peronismo. Es un planteo de una construcción ideológica profunda. Tenemos que terminar de demonizar, incluyendo la demonización a Abel Posse, con el que hay posiciones que no comparto. Tampoco hay que demonizar a Estela Carlotto. Yo no digo que sea fascista el que piensa que esto habría que cerrarlo ya con una amnistía. No es mi caso, pero convertir a esa gente en fascista es poco democrático.

–¿Esto lo habló con Macri? Porque él dice que no hay que mirar el pasado.

–Yo planteo lo que yo pienso. Ninguna sociedad puede hacer del olvido un futuro. Lo que digo es que abramos un debate en el partido.

–¿Usted cree realmente que el jefe de Gobierno va a tomar esta propuesta?

–Soy integrante de un partido que considero democrático. Así que los temas se debaten porque se debaten.

En su documento, Guelar también criticó la estrategia del macrismo en la provincia de Buenos Aires. Consideró “un error haber dividido Unión-PRO y quedar aislados en la Capital Federal”, en referencia al distanciamiento con Felipe Solá. “Es posible revertir la situación –estimó el ex embajador– replanteando el accionar futuro hacia la construcción de un PRO-peronismo, que se construye por fuera de la disputa interna del justicialismo.”