El ministro de Economía, Amado Boudou, afirmó ayer que “el próximo paso” al canje de deuda será tratar de regularizar la situación con los acreedores del Club de París. “Son alrededor de 7500 millones de dólares de deuda, pero es un número que hay que revisarlo muy bien, porque incluye intereses punitorios”, adelantó el titular del Palacio de Hacienda. La intención de continuar la reestructuración con ese grupo de países había sido adelantada hace unas semanas por el ministro del Interior, Florencio Randazzo. Respecto de la situación de los denominados “fondos buitre” ante el canje, Boudou afirmó que “seguramente” no ingresarán en la operación y consideró que “van a buscar otros mecanismos de cobro”. “Sólo se les pagará” a los que entren al canje, respondió.

“Lo del Club de París será el próximo paso en la agenda seguramente. Hay que buscar una estrategia parecida a ésta (por el canje), donde se pueda hacer con un sentido de ver las posibilidades y las necesidades de la Argentina también”, dijo el ministro en declaraciones radiales. “Esto va a permitir cerrar viejos capítulos de la Argentina”, agregó.

El equipo económico mantuvo una serie de encuentros con representantes de los países acreedores que integran el Club de París. Entre las ideas que más asidero recogieron entre las partes Economía y los representantes de ese grupo se encuentra la posibilidad de un plan de pagos anuales. La iniciativa buscaría emular el acuerdo que se instrumentó con España por los casi mil millones de dólares que prestó como parte del blindaje de 2001. Serían pagos incrementales hasta concluir en un plazo de aproximadamente seis o siete años el total de los más 6500 millones de dólares que se adeuda, explicaron desde la Secretaría de Finanzas. El único escollo hasta el momento es que los países del Club pretenden además la intervención del Fondo Monetario como auditor de la operación, algo que fue rechazado de plano por el Gobierno.

No obstante, todavía resta ver cuál será el resultado final del canje de deuda con los tenedores de bonos en default para ver cómo queda parada la Argentina para negociar con nuevos acreedores. “Ahora en los próximos 30 días tienen que venir los tenedores con sus títulos para llevarse los nuevos”, afirmó Boudou. Durante el anuncio de la propuesta del canje, el ministro estimó que en “no más de diez días” estará iniciada la operación para los holdouts. Por lo pronto, se espera por la autorización para registrar los nuevos bonos en los órganos reguladores internacionales (ver aparte).

“Pensamos que la oferta va a tener un piso de aceptación del 60 por ciento; eso es bueno porque quedarán pocos; los famosos fondos buitre no ingresarán en esta propuesta, van a buscar otro mecanismo de cobro”, vaticinó. En este caso, el funcionario reiteró que “todos pueden entrar al canje”, pero que “obviamente tienen que renunciar al reclamo que están haciendo”. “La Argentina está muy fuerte: sólo va a pagar a los que entren en esta propuesta de canje.”

Boudou reiteró entonces que el canje “no es (para ellos) una operación financiera más”. “No tendría sentido si no pensáramos que a través de ella normalizamos la situación externa de la República Argentina y, por ende, va a haber más flujo de crédito”, argumentó. Dentro de los objetivos de esta propuesta, “los empresarios podrán realizar más proyectos de inversión y en definitiva contratar a más trabajadores porque ése es el objetivo central”. Según explicó, ese flujo de crédito permitirá a los consumidores tener “más posibilidades en cuestiones como el crédito hipotecario”.