Domingo, 6 de mayo de 2012 | Hoy
ECONOMíA › EL NEGOCIO EN TORNO DE LA IMPORTACION DE GAS LICUADO
Por Raúl Dellatorre
El pico de extracción de gas natural de YPF se alcanzó en el año 2004, y a partir de allí empezó a declinar, acumulando hasta el año 2011 una caída del 37 por ciento. En los primeros años de ese proceso, parte del descenso de la oferta local fue suplido por importaciones de gas natural boliviano, pero por la limitada capacidad de transporte, éstas también resultaron muy pronto insuficientes. Es en ese proceso que, a fines de 2007, surge la oferta de Repsol al Ministerio de Planificación para empezar a importar GNL, gas natural licuado.
La operatoria para hacerlo posible estuvo totalmente a cargo de Repsol: adaptación del puerto de Bahía Blanca, conseguir los buques para el transporte y garantizar el abastecimiento de GNL. Medio año después, a mediados de 2008, ingresaban a los gasoductos de la red troncal nacional las primeras partidas de GNL importado regasificado. Los pozos de donde se extraía el gas en Trinidad Tobago, los buques que lo transportaban, la planta que los regasificaba y los caños que lo trasladaban a los centros urbanos eran totalmente operados por Repsol. Enarsa, empresa del Estado, pagaba la cuenta, evitando cargar el mayor costo sobre el usuario.
Un estudio realizado por los especialistas Ricardo De Dicco y Lucas Schneider, directores del centro de investigación Clicet, demuestra además que Repsol hizo también un fabuloso negocio adicional con la venta de GNL a la Argentina.
“A partir de 2010, la economía española comenzó a sufrir un significativo achicamiento y por ende también cayó la demanda de energía. En ese contexto de reducción de la demanda española de GNL, Repsol tenía que resolver qué hacer con los embarques de GNL ya contratados y no sólo con Trinidad Tobago. La necesidad de Argentina le vino como anillo al dedo. En ese escenario, Repsol, a través de su filial en Argentina, profundizó la caída de la producción local de gas natural. YPF produjo en 2011 9,9 por ciento menos que en 2010, y 12 por ciento menos que en 2009. En 2011, Repsol reexportó hacia Argentina cuatro cargamentos que habían sido enviados originalmente a España y uno a Brasil. Lo más llamativo es que el cargamento que vino de Brasil le costó a Enarsa 16,17 dólares por millón de BTU, mientras que otro cargamento que, también desde Brasil, Repsol exportó a Kuwait, fue pagado por este país a 11,08 dólares el millón de BTU. Esto, en América latina, Europa o donde sea se llama sobreprecio y abuso de posición dominante.”
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