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Todo es un montón
Comitiva. Una alfombra roja de 190 metros, 200 miembros de la Fuerza Aérea y la Armada, integrantes del Cuerpo de Artillería del Ejército y el jefe de asesores de la Cancillería, Eduardo Valdés, recibieron a Hu Jintao en Ezeiza. Después, 65 automóviles, ocho combis, un micro de dos pisos y tres camiones trasladaron a la comitiva china hasta el Hotel Hilton, donde los recibió Aníbal Ibarra.
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Explanada. Uno de los gestos que reveló la importancia otorgada por Néstor y Cristina Kirchner a la visita fue la decisión de esperar al presidente chino en la explanada de acceso a la Casa de Gobierno. Los memoriosos aseguraban ayer que fue una decisión con pocos antecedentes, ya que en general se opta por aguardar a los visitantes dentro de la Rosada.
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Vestuario. Otro signo de la relevancia del encuentro fue la asistencia perfecta del Gabinete. Con la excepción de Daniel Filmus, todos los ministros y unos cuantos secretarios de Estado se acercaron a la Casa de Gobierno para participar de las reuniones y los actos protocolares. Entre tantos trajes oscuros, destacaban las vestimentas de las primeras damas. Cristina, con un pantalón palazzo de gasa, una chaqueta hasta la cintura, zapatos y cartera de un llamativo anaranjado. Y la esposa de Hu Jintao, con un tailleur turquesa furioso.
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Al trote. Un fuerte operativo de seguridad rodeó la visita. Hu Jintao llegó a la Casa de Gobierno junto a una decena de efectivos chinos que seguían al trote el Mercedes Benz gris que lo trasladaba. Dos francotiradores de la Policía Federal estuvieron apostados en la terraza de la Casa Rosada. Y había cientos de efectivos en los alrededores, que se mezclaban con custodios de civil y perros antibombas.
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Cartel. Una pequeña manifestación, con un cartel lleno de ideogramas, desconcertó a los policías apostados frente a la Casa Rosada. Handy en mano, un policía se comunicó con su superior:
–Señor: hay una manifestación, son 15 o 20 –alertó el hombre.
–¿Son hostiles?
–No lo sabemos, señor. No entendemos el cartel.
–Por las dudas, pónganse adelante.
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Falun Dafam. No fue la única manifestación. Frente al Palacio San Martín, donde poco después se realizaría una cena en homenaje al presidente chino, la policía detuvo a un grupo de manifestantes –sin rasgos orientales– de Falun Dafam, un movimiento religioso prohibido en China, luego de que se negaran a quitar banderas de protesta. Poco antes, militantes de Izquierda Unida habían realizado un acto en Santa Fe y Esmeralda en contra de la visita del presidente chino. “Es parte del sistema que reprimió en la Plaza de Tienanmen”, aseguró Vilma Ripoll.
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Suite. Durante su estadía en Buenos Aires, Hu Jintao se alojará en el Hotel Hilton, en Puerto Madero, en una suite de 375 metros cuadrados con vista a la Reserva Ecológica, una sala de reuniones y tres baños. La comitiva china, que incluye un chef, reservó 158 habitaciones en el hotel.