ECONOMíA › SEGUN LAVAGNA, KRÜEGER DISCREPA CON ANOOP SINGH
En el FMI riñen por los bonos
“Se metió en la interna del Fondo Monetario... Mala idea. Eso puede demorar el acuerdo”, comentó un economista a este diario después de que Roberto Lavagna describiera minuciosamente los desacuerdos que según él existen en el FMI respecto del DNyU 905 con que el gobierno argentino intenta un nuevo abordaje del drama del sistema bancario. El ministro de Economía sostuvo que si bien el negociador especial Anoop Singh prefiere el canje compulsivo de los plazos fijos reprogramados por un bono (estatal), como en el Bonex que le fracasó a Jorge Remes, varios directores del organismo discrepaban con él. Entre ellos la representante estadounidense, que anteayer habría dicho que una emisión forzada iría contra los principios de la institución. Es más: Lavagna afirmó que hasta la poderosa Anne Krueger, segunda autoridad del Fondo, respaldaba los bonos voluntarios, como los adoptados en el decreto.
Marcada por la gripe del ministro y la moderada simpatía del secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, además del silencio de los restantes miembros del equipo, la rueda de prensa que ofreció ayer Economía tuvo el mismo tono entre sereno y aburrido de las que montaban Remes y Jorge Todesca, muy lejos de las estruendosas de Domingo Cavallo. Para no dejar dudas, Lavagna calificó al fallido Bonex de la primera etapa del gobierno de Eduardo Duhalde de “manipulación financiera más, sin conexión con la economía real, de esas que sólo permiten ganar tiempo pero terminan indefectiblemente en el colapso”.
El momento de mayor tensión surgió cuando uno de los cronistas planteaba sus preguntas, advirtiendo que Nielsen primero y Lavagna después se reían. Molesto, el periodista los increpó: “No sé por qué se ríen. A mí esto me dio tristeza...” Los funcionarios debieron aclararle que les había causado hilaridad la acumulación de preguntas, que no podían retener, ofreciéndole desdoblarlas. El ministro limitó desde ese momento sus bromas al resfrío que lo tiene a maltraer. Además, para dar una imagen de cohesión, anunció para mañana una nueva conferencia de prensa, esta vez junto a su rival Mario Blejer, presidente del BCRA.
Lavagna eludió pronosticar qué adhesión suscitarán entre los depositantes los bonos ofrecidos, y descargó en parte la responsabilidad sobre los propios bancos, que deberían mostrar su voluntad de acercarse a sus clientes. En otras palabras: si los bancos extranjeros tanto quieren que los depósitos reprogramados, e incluso los del corralito no transaccional (los ex plazos fijos pasados parcialmente a cuentas de ahorro), queden esterilizados en bonos, entonces que convenzan a sus ahorristas de tomarlos.
Nielsen cuantificó en 9500 millones de dólares el costo del bono con que el Estado compensará a los bancos por el costo de la pesificación asimétrica (depósitos a $ 1,40 y créditos a sólo un peso). Esto es deuda neta adicional para el sector público. Acerca del nuevo sistema financiero que se piensa engendrar no hubo precisión alguna: “Eso se va a discutir a partir de la próxima semana”, dijeron los lavagnistas.