La arremetida de una parte del sector financiero sobre la cúpula del Banco Central está estrechamente ligada a una historia del pasado que se regenerará en un futuro cercano: la próxima subasta del Edificio República, uno de los más cotizados de la ciudad de Buenos Aires. El edificio, que estuvo en poder del banquero Raúl Moneta, pasó a la órbita del Banco Central cuando ocurrió la caída del Banco República, propiedad del ex banquero menemista. En su momento, Moneta entregó al BC la hipoteca de 98 millones de dólares que pesaba sobre el edificio como respaldo a los redescuentos que Pedro Pou había concedido hasta pocas horas antes de ordenar el cierre del banco. El dinero aportado por Telefónica como alquiler del inmueble no alcanzó para cubrir el pago de la hipoteca. En medio de la última crisis, el BC traspasó la propiedad del edificio a un fideicomiso cuya propiedad pertenece al Banco Comafi. En la city sospechaban que la ofensiva sobre Martín Redrado, en las últimas horas, estuvo ligada a que “se mueva algún expediente” que agilice la venta del edificio a un grupo de inversores vinculado a Moneta y socios amigos. Este año, Moneta perdió un juicio por ocho millones de pesos que le reclamaba el desarrollador del edificio.