Miércoles, 23 de agosto de 2006 | Hoy
ECONOMíA › EL DEBATE QUE ABRE LAS ULTIMAS CIFRAS DEL MERCADO DE TRABAJO
Por Maximiliano Montenegro
La baja de la desocupación que muestran las cifras oficiales es importante, sobre todo si se mira la tendencia. Desde mediados del 2003, la desocupación bajó del 17,8 por ciento al 10,4 por ciento. Y si se contabilizan los planes Jefes de Hogar como desocupados, la caída es todavía mayor: del 23 por ciento al 12,8 por ciento. El modelo, con casi cuatro años de tasas de crecimiento record, genera empleo, y mucho. Sin embargo, con los últimos datos del Indec también se abren algunos interrogantes:
- Las actuales tasas de desocupación son más bajas que en el promedio de los noventa. Sin embargo, la pobreza es bastante más alta: en la actualidad, 33 por ciento de la población, frente al 24 por ciento promedio durante la convertibilidad. Esa aparente contradicción se explica por la caída de ingresos de los trabajadores. Hay más ocupados, pero las remuneraciones no alcanzan para salir de la pobreza.
- En la última medición aumenta la tasa de actividad (la gente que sale a buscar trabajo), al nivel más alto de la serie histórica. A primera vista, ese dato confirma que la creación de empleo fue muy importante. Según las estimaciones en poder del ministro de Trabajo, Carlos Tomada, si la tasa de actividad se hubiera mantenido constante, el desempleo sería hoy del 8,3 por ciento.
- No obstante, la pregunta clave es ¿por qué hay más gente a la búsqueda de un empleo? “Porque existe la expectativa favorable de conseguirlo”, responden en los ámbitos oficiales. Es cierto, en parte. El fenómeno también se explica por la necesidad de las familias de mejorar los ingresos ya que el sueldo del jefe de hogar no alcanza. De ahí que salgan a buscar otros integrantes: cónyuge, hijos.
- En el segundo trimestre del 2006, la subocupación aumentó al 12 por ciento, después de dos trimestres consecutivos de bajas. “Si es un dato de un trimestre no es preocupante. Habrá que seguir el número con atención para ver si es una tendencia o no”, admiten en Trabajo. La subocupación se refiere a la gente que trabaja menos de 35 horas semanales, y se asocia a puestos de trabajo informales, conchabos o empleos inestables.
- La llamada elasticidad empleo-producto (cuánto aumenta la ocupación por cada punto de crecimiento de la economía) volvió a subir en el último año al 0,6 por ciento (en Economía la calculan algo mayor). “Es la mejor noticia, porque en el período 2005/2004 la elasticidad había caído al 0,3 por ciento. Esto indica que en el último año hubo inversiones en sectores intensivos en empleo, como Pymes, construcción y servicios”, afirma el sociólogo Artemio López. “El 0,6 por ciento es la elasticidad que existe en los países del sudeste asiático. Si a mí me dicen que se va a mantener en el 0,5 por los próximos tres años, firmo sin dudarlo”, se entusiasma el ministro Tomada.
Dicha elasticidad empleo-producto es, lógicamente, inferior a la de los tres años posteriores a la devaluación. Y si tiende a decrecer, como es de esperar, en el futuro la disminución del desempleo será cada vez más lenta. A menos que alguien crea que Argentina seguirá creciendo por siempre a tasas chinas, superiores al 8 por ciento.
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