Felisa Miceli reconoció que existen dificultades para contener la inflación, pero sostuvo que no es para preocuparse. “Esto no es un cementerio”, graficó, al exponer en la Cámara de la Construcción. “Se presentan riesgos para la estabilidad de precios, de algunos cuellos de botella en infraestructura y desacoples entre oferta y demanda de mano de obra, pero esos riesgos son producto del crecimiento, no de una crisis”, sentenció la ministra.

La imagen del cementerio ya la había utilizado hace algo más de un año, cuando todavía ocupaba la presidencia del Banco Nación, para responder a los voceros de la city que pedían un enfriamiento de la economía. Ahora, como jefa de Hacienda, repitió que lo mejor es sostener el crecimiento, aunque entrañe riesgos. “Tanto en la vida personal, como en la familiar y en la sociedad, cuando no hay riesgos es porque estamos todos muertos, y la Argentina no está en el cementerio, camina fuerte y sólidamente y por eso se nos presentan desafíos”, insistió.

Es más, Miceli anunció ante los empresarios que el año que viene el Gobierno impulsará “un shock de inversiones” en el sector, con obras de infraestructura. La estrategia que ratificó para evitar un desborde de precios es la de establecer acuerdos con los productores. El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, firmó esta semana un convenio con los hombres de la construcción para que los incrementos en el sector sean equivalentes a los de la inflación minorista. Además, Miceli reclamó un aumento en la oferta de insumos para la construcción, para resolver los cuellos de botella en ese campo.

La ministra señaló que “Argentina vive un momento económico especial, por lo positivo” y recordó datos difundidos esta semana, como la caída de la desocupación a 10,2 por ciento, el aumento de las reservas por sobre 30 mil millones de dólares y que el superávit fiscal de octubre haya sido un 88 por ciento superior al resultado de igual mes del año pasado.