La organización separatista armada vasca hizo estallar tres bombas contra instituciones sociales del País Vasco (norte), ayer a la madrugada, sin causar víctimas, horas después del envío a prisión de una alcaldesa independentista por colaborar con ETA.

La alcaldesa de la localidad vasca de Mondragón, donde ETA asesinó el 7 de marzo pasado al ex concejal socialista Isaías Carrasco, Inocencia Galpasoro, perteneciente al partido Acción Nacionalista Vasca (ANV), fue encarcelada el miércoles por orden del juez español Baltasar Garzón. ANV se negó a condenar el asesinato de Carrasco, que fue cometido dos días antes de las elecciones legislativas españolas. El magistrado de la Audiencia Nacional, principal instancia penal española, la acusó de “colaboración con organización terrorista” y “quebrantamiento de las medidas cautelares” decididas por la Justicia contra su partido que desde febrero tiene prohibidas las actividades políticas.

Según el juez español, que también prohibió las actividades del Partido Comunista de las Tierras Vascas (PCTV-EHAK), Galpasoro incumplió la decisión de la Justicia participando en varios actos en los que cumplió “en forma mimética los postulados de ETA” en favor del boicot a los comicios del 9 de marzo.

Ayer, la primera explosión en un edificio perteneciente al Ministerio de Trabajo en Arridoriaga, provincia vasca de Vizcaya, se produjo a medianoche, según indicó la Ertzaintza, la policía autónoma vasca. Otros dos artefactos explosivos, menos potentes, estallaron poco después en San Sebastián en instalaciones del Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laboral, causando pocos daños después de que una llamada en nombre de ETA avisara poco antes a la Asociación de Ayuda en Carretera (DYA), precisó la Ertzaintza.

ETA suele avisar a la DYA sobre la colocación de artefactos explosivos.

El interlocutor no mencionó la explosión de Arrigoriaga, pero “las primeras informaciones muestran que también se trata de ETA”, dijo ayer un portavoz del gobierno regional vasco. Las dos bombas que estallaron en San Sebastián contenía tres kilos de amonal (explosivo que utiliza ETA) cada una. El gobierno vasco precisó que la de Arrigoriaga tenía cinco kilos de amonal.

Estos atentados contra instituciones sociales se produjeron horas antes del Día de los Trabajadores. ETA había denunciado el 5 de enero pasado el “terrorismo patronal” y la muerte de trabajadores. “La hipocresía de los empresarios no tiene límite. En el últimos años se han registrado más de cien muertes a consecuencia de los accidentes laborales, pero lo más grave es que no se observa ni un solo indicio de querer cambiar la situación”, afirmaba ETA según la agencia Vasco Press.