El ministro de Comunicación de Venezuela, Andrés Izarra, renunció ayer a su cargo tras un conflicto con los canales privados de televisión. El también presidente del directorio de Telesur dio el portazo después de haber establecido un precio a la retransmisión del canal público Venezolana Televisión (VTV). “Señores, en la tarde de ayer tomé una decisión con relación a la comercialización, distribución de las imágenes de VTV, que fue hecha de manera inconsulta con las distintas instancias del Ejecutivo nacional, razón por la cual acabo de poner mi cargo a la orden del presidente”, anunció el funcionario que ya había recibido críticas del mandatario Hugo Chávez.

Por segunda vez, Izarra abandonó el ministerio. En julio de 2005 había entregado un despacho de renuncia, según dijo en su oportunidad, para dirigir con cierta independencia el canal Telesur, informó el diario venezolano opositor El Universal. Ayer, desde la Sala Simón Bolívar en el Palacio Miraflores, volvió a hacerlo en una de sus pocas apariciones ante la prensa. No obstante, una fuente del gobierno dijo que su salida no fue aceptada todavía por las autoridades y que en las próximas horas se pronunciarán al respecto.

Horas antes de hacer el anuncio, Izarra había tomado una medida que hizo estallar un nuevo episodio en la ya larga confrontación entre la administración de Chávez y los medios de comunicación privados. Se trataba de una carta que la presidencia del canal estatal VTV les había remitido a los canales privados, indicando que desde el 1º de junio próximo tendrían que pagar por el uso de las imágenes que esas empresas suelen tomar en forma gratuita de la televisora pública para transmitirlas.

El funcionario había decidido cobrar 120 bolívares (55 dólares) por segundo de retransmisión de la señal estatal, con excepción de las apariciones y actos de Chávez que sean usados en espacios exclusivamente informativos.

Luego de la misiva, algunos medios privados y analistas de la comunicación denunciaron la medida por considerar que afectaría el acceso a la información. La voz cantante la llevó el director general de Globovisión, Alberto Federico Ravell, quien afirmó que no pagaría ni un solo bolívar por las imágenes del canal del Estado. “Vamos a meter un amparo, vamos a hacer cualquier cosa legal tanto en Venezuela como afuera”, reaccionó sorprendido. “Nosotros retransmitimos al canal 8 sencillamente porque no nos dejan entrar a los actos, porque no nos dan acceso a la fuente oficial”, añadió.

La carta del Ministerio de Comunicación se conoció justo cuando se cumplía un año de la salida del aire del canal privado de televisión RCTV, calificado de golpista por el gobierno. Ayer, cerca de 3000 estudiantes volvieron a reclamar el retorno de la señal y repudiar la no renovación de RCTV que Izarra defendió en su momento.

Sin embargo, durante sus dos períodos al frente del despacho (septiembre 2004-julio 2005 y enero-julio 2008) fueron muchas las veces que el primer mandatario se quejó públicamente de la labor del funcionario, sobre todo en la producción del programa dominical ¡Aló, Presidente!, que conduce Chávez, y por la poca difusión de algunas obras y programas sociales del gobierno.

Izarra asumió el cargo hace seis meses y es la decimotercera persona que ocupa esta cartera en los nueve años del gobierno de Chávez. Al cierre de esta edición no se había confirmado si la medida que lo catapultó fuera del ministerio entrará en vigencia, o en cambio queda suspendida tras su renuncia.

Aunque él mismo reconoció ayer los motivos de su alejamiento, El Universal hizo circular una versión extraoficial diferente. El disgusto de Chávez con él no se debió al establecimiento de tarifas para la distribución de imágenes de VTV, indicó el medio, sino a la presunta realización por parte de Telesur del video en el que el comandante guerrillero colombiano Rodrigo Londoño Echeverri, alias Timochenko, confirmó la muerte de Manuel Marulanda Vélez, líder mítico de las FARC.