Miércoles, 2 de julio de 2008 | Hoy
EL MUNDO › ISRAEL CLAUSURó LA FRONTERA CON GAZA, PERO EGIPTO ABRIó LA SUYA
Mientras Hamas asegura que mantiene la tregua, Israel cerró la frontera por ataques de cohetes. En medio de la disputa, una organización humanitaria israelí denunció la escasez de agua en los territorios palestinos.
Egipto reabrió ayer su frontera con la Franja de Gaza por dos días tras la tregua alcanzada entre Israel y los grupos milicianos palestinos, mientras Israel cerró los pasos fronterizos con el territorio palestino tras un nuevo ataque con cohetes que ningún grupo asumió por el momento. Por su parte, el presidente de la Autoridad Palestina Mahmud Abbas y el ministro israelí de Defensa Ehud se reunieron brevemente al margen del Congreso de la Internacional Socialista que se celebra en Gonissa, Grecia.
El puesto fronterizo de Rafah, que sirve de “puerta al mundo” para los palestinos, se abrió ayer y se cerrará el jueves, indicaron fuentes de seguridad egipcias. Se espera que cientos de personas aprovechen la oportunidad para pasar a Egipto, entre ellas, enfermos que buscan tratamiento fuera de la Franja de Gaza. Muchos de ellos disponen de doble nacionalidad. El paso de Rafah fue cerrado en junio del año pasado después de que Hamas asumiera el control de la Franja por la fuerza y sólo se abrió desde entonces esporádicamente por razones humanitarias. En mayo, Egipto permitió a palestinos enfermos que entraran para recibir asistencia médica y el pasado 18 de junio para que recibieran tratamiento. La organización radical palestina Hamas, que controla la Franja, quiere que la frontera permanezca abierta permanentemente como parte del acuerdo de tregua con Israel.
Israel, mientras tanto, volvió a cerrar ayer los pasos fronterizos con Gaza, impidiendo así el transporte de mercancías, después del disparo de un cohete realizado por milicianos palestinos, en la noche del lunes, cuya autoría no asumió aún ningún grupo y que no dejó ni heridos ni daños materiales. El ministerio ordenó que permanecieran cerrados ayer los pasos fronterizos. Se trata del quinto cohete que cae en territorio fronterizo israelí desde que se acordara la tregua.
Apenas dos semanas después del alto el fuego, una agricultora resultó herida ayer por disparos israelíes. La mujer paseaba por su tierra en el este de la ciudad Jan Yunis, cuando soldados abrieron fuego contra ella. Un vocero del ejército israelí aseguró que no se sabe nada de ese incidente.
El diario italiano La Stampa publicó ayer que el jefe en el exilio de Hamas, Jaled Mashaal, considera que Israel no está dispuesto a la paz en Medio Oriente. El jefe del gobierno israelí, Ehud Olmert, tiene dificultades en su propio país para ello, dijo nombrando factores como “la corrupción” o el “fracaso de la guerra en el Líbano y en Gaza”. Sin embargo, lo que ocurre es que Israel no está dispuesto a retirarse de los Altos del Golán y de Cisjordania, dijo Mashaal, exiliado en Siria. El alto el fuego acordado hace casi dos semanas entre Israel y las organizaciones milicianas palestinas es una “pausa útil”, afirmó el jefe del buró político de la organización. Hamas aceptó el alto el fuego y lo mantiene, explicó Mashaal al diario italiano desde Damasco.
Por otra parte, la organización de derechos humanos israelí B’tselem, que vigila su cumplimiento en los territorios palestinos, acusó ayer al gobierno israelí de discriminar a los palestinos que viven en Cisjordania en el reparto del agua, algo que se apresuró a negar la suministradora principal Mekorot.
Mekorot, aseguró la organización israelí ayer en Jerusalén, redujo en verano la cuota de agua para las ciudades y pueblos palestinos para cubrir la creciente demanda de los asentamientos judíos. Además, las autoridades autonómicas palestinas tienen sólo permisos limitados para perforar nuevas fuentes acuíferas, a lo que se une que el consumo de agua de los israelíes multiplica por 3,5 el de los palestinos.
Mekorot, sin embargo, negó las acusaciones y acusó a su vez a los palestinos por la escasez del agua. En Belén y Hebrón, sobre todo, hasta la mitad del agua suministrada por Israel es desviada ilegalmente por los palestinos para uso agrícola. Israel suministró en 2007 unos 49 millones de metros cúbicos de agua a Cisjordania, 18 millones más que lo contemplado en los acuerdos de Oslo.
Sin embargo, la organización B’tselem advirtió también de una gran crisis del agua en amplias regiones de Cisjordania: en el norte el suministro ya es dos tercios menor que los mínimos fijados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Cientos de miles de palestinos no tienen acceso a la red acuífera y deben comprar el agua de los camiones cisterna a un precio seis veces mayor. Muchas familias palestinas pobres recogen agua de fuentes naturales, lo que en verano produce un aumento de las enfermedades infecciosas.
B’tselem denunció que el acceso ilimitado al agua es un derecho humano fundamental y dijo que las prácticas discriminatorias de Israel violan por ello el derecho internacional humanitario.
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