Desde México, D. F.

Fueron cinco años de tensas relaciones entre México y Cuba. Entre las ocurrencias, dislates y despropósitos del presidente Vicente Fox y el colmillo de Fidel Castro, ambos países vivieron los peores momentos de la historia de las relaciones bilaterales, casi al borde de la ruptura. Pero ni Fox ni Fidel están ya en el poder y la época del “comés y te vas” quedó si no olvidada, al menos sí relegada al cajón de las malas anécdotas políticas. El martes, el canciller cubano, Felipe Pérez Roque, estrechó la mano del presidente Felipe Calderón y le hizo llegar una invitación formal de Raúl Castro para visitar La Habana.

En marzo de 2002, Vicente Fox llamó por teléfono al todavía presidente Fidel Castro con la intención de evitar que el líder de la revolución cubana se encontrara con el presidente George W. Bush durante la Cumbre de Monterrey. Apenas un mes antes, Fox había viajado a la isla, pero ahora se angustiaba por la reacción que podría tener el presidente estadounidense si tenía que cruzarse con Fidel Castro a la hora de los discursos. Fidel le preguntó a Fox qué hacer y el entonces presidente mexicano, en una supina demostración de torpeza política, le propuso: “Comés y te vas”.

Fox no tuvo siquiera la imaginación básica para saber que Fidel estaba grabando la conversación. Un mes después, Castro filtró el dato a la prensa internacional y Fox negó que hubiera dicho semejante cosa al dirigente cubano, por lo que Castro difundió entonces el audio de la conversación, lo que exhibió a Fox como mentiroso y se convirtió en uno de sus mayores ridículos internacionales a lo largo de su administración. El otro fue cuando dijo que le gustaba leer los libros de José Luis “Borgues”, aunque también aseguraba que le encantaban las novelas de Octavio Paz, quien no escribió una sola novela.

Fidel Castro llegó a ofrecer su renuncia como jefe de Estado cubano en caso de que se comprobara que mentía y advirtió: “Por decir estas verdades las relaciones diplomáticas se podrán romper, pero los vínculos fraternales e históricos entre los pueblos de México y Cuba serán eternos”. En fin, ese era Vicente Fox, y de todos modos tampoco cumplió la promesa que hizo en el 2000, poco antes de ganar las elecciones presidenciales: “Honestidad, trabajar mucho y no ser ingenuo”.

Ahora es el turno de Felipe Calderón, quien se reunió con el canciller cubano durante 45 minutos en la residencia oficial de Los Pinos. Ahí, el segundo presidente panista de México se congratuló por los avances en los mecanismos institucionales binacionales y por la reactivación del comercio bilateral y habló de las oportunidades que México y Cuba deben aprovechar en materia económica y comercial, “sobre la base del respeto recíproco, la cooperación y el establecimiento de nuevos entendimientos”.

México hasta deslizó una crítica a Estados Unidos por el bloqueo contra Cuba, luego de la firma de un memorando de entendimiento para “garantizar un flujo migratorio legal, ordenado y seguro”, suscrito el pasado lunes por Pérez Roque y el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño. Y aunque aún no hay fecha para la visita de Calderón a Cuba, el presidente mexicano ya la celebra.