Jueves, 23 de octubre de 2008 | Hoy
ECONOMíA › ACCIONES Y BONOS REGISTRARON PéRDIDAS IMPRESIONANTES PARA LUEGO RECUPERAR AL CIERRE
El fin de las AFJP provocó que bancos y grandes inversores deprimieran las cotizaciones de papeles empresarios y de títulos públicos. Al final de la rueda intervinieron entidades oficiales y algunas de capital nacional para recuperar los precios.
Por Cristian Carrillo
La puja abierta entre el Gobierno y el sistema financiero por el fin de las AFJP dejó ayer a la Bolsa con una caída de 10,1 por ciento. Las acciones de las empresas líderes llegaron a desplomarse 17,3 por ciento, en el peor momento de la rueda. Sin embargo, ya sobre el cierre, y con la intervención de bancos oficiales y privados, los papeles se recuperaron. Algo similar sucedió con los títulos públicos que, tras perder hasta 25 por ciento los bonos más negociados, finalizaron con un retroceso de 5 por ciento. A diferencia de lo que sucede en Estados Unidos, las compañías locales no quieren tener de socios al Gobierno ni siquiera cuando están mordiendo el mismo polvo de la crisis que sus pares norteamericanas. La pérdida de un jugador clave, como las AFJP que todo lo compran sin preguntar, no impidió que la banca local e inversores en el exterior (en ADR) salieran a “reventar las acciones en cartera” sin importar el precio. En tanto, las autoridades del Santander y del Francés se reunían ayer en la Embajada de España en el país para analizar los próximos pasos. Una noticia que hizo su aporte al sacudón del mercado fue la de los allanamientos que se realizaron a diez administradoras (ver aparte). El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, recibió a altos ejecutivos de Telefónica y Repsol YPF, para ahuyentarles los temores de una estatización masiva de empresas (ver aparte).
Las principales sociedades de Bolsa intentaron coordinar una suspensión de la rueda, pero la Comisión Nacional de Valores no dio lugar a la iniciativa. Hubo además mucha especulación sobre la letra chica del proyecto de estatización de las administradoras en cuanto a qué haría el Gobierno con las carteras de activos de las firmas (ver página 8). Más tarde se conoció que el Estado no hará uso del derecho de poner un director en esas compañías y que ofrecerá al grupo de control esos paquetes de acciones.
La jornada abrió en negativo y sólo en la primera hora de operaciones el MerVal retrocedió más de 10 puntos. Para ese momento el volumen de operaciones era muy reducido. Los papeles más castigados volvieron a ser aquellos más presentes en las carteras de las AFJP: Telecom, Socotherm, Cresud, Molinos Río, Paty, Transener, Aluar, Indupa y Tenaris. Actualmente, las AFJP tienen una participación en el mercado de capitales de unos 52.000 millones de pesos en títulos públicos y otros 10.000 millones en acciones. “Lo de ayer fue otra clara muestra de fuerza de los bancos para enviarle un mensaje claro al Gobierno: ‘no se la van a llevar gratis’”, admitió a PáginaI12 un veterano operador de la city. Desde que se conoció la intención del Gobierno de eliminar el sistema de capitalización, las AFJP inundaron el mercado con todas las acciones y bonos en su poder, con el objetivo de hundir los ya vapuleados precios de esos papeles. Con la inhibición judicial sobre las administradoras, la purga pasó por los bancos controlantes. Estos, muchos a pedido de las propias empresas, ofrecían las acciones “a precios regalados” para que la misma firma la recomprara. “La orden era: ‘Sacá las acciones a la Bolsa que yo las compro, porque no quiero tener al Estado como socio’”, comentó la fuente. En el caso de los bonos, la venta fue pura “vendetta”.
En medio de la tormenta y en un contexto donde los mercados en todo el mundo se desplomaron, las acciones llegaron a hundirse hasta 17,3 por ciento. Los títulos públicos perdían hasta un 25 por ciento. De todos modos, en la última hora apareció el Banco Nación, junto a otras entidades financieras de capital local, que salieron a ponerles un piso a los precios de esos papeles, sobre todo de bonos. Los inversores también hicieron su aparición para aprovechar los rendimientos que ofrecen esos bonos en liquidación. “Fue un poco exagerado el movimiento del mercado. Por eso, cuando volvió la cordura se entendió que un bono que rinde 53 por ciento, como el Boden 2012, en un país sin riesgo de default, es una ganga”, calculó en diálogo con este diario una fuente del mercado.
El volumen sobre el cierre se duplicó, debido a la aparición de la ayuda oficial. Se negociaron 109,9 millones de pesos en acciones y 1455,3 millones en bonos. A pesar del repunte final, el MerVal quedó por debajo de los 1000 puntos (en 940,8 unidades), su nivel más bajo desde junio de 2004. A los inversores pareció no preocuparles la volatilidad y apuntan que será una constante de ahora en más. “Con la reducción del mercado, ahora aparece un inversor cualquiera con medio millón de pesos y hace un desastre”, apuntan. En renta fija, la recuperación incluso fue todavía más marcada. La nota más llamativa surgió del lado del Descuento en pesos, el bono más representativo del canje de deuda. Tras acusar un desplome de 24,3 por ciento, logró cerrar con un retroceso de 4,5 por ciento.
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