Se oye en la campaña por todos lados, pero ahora una encuesta de NBC/Wall Street Journal parece confirmarlo. Ya no es un valor para la boleta republicana. Es más, Sarah Palin puede resultarle una carga a John McCain. A aquellos votantes cruciales para el resultado final –los indecisos y los independientes– no les gusta demasiado y piensan que su elección fue cínica y política y no la pueden imaginar siendo presidenta. Y para empeorar las cosas, surgieron ayer detalles de que el Partido Republicano había gastado 150.000 dólares desde que Palin se convirtiera en la compañera de fórmula de McCain para que la gobernadora renovara su vestuario.

Rouge de labios y vestidos de Armani para una mamá suena bien, pero ¿a qué costo? Después del escándalo por el policía en Alaska, otro miniescándalo de Palin no es lo que necesita el Partido Republicano. El comité del partido no discutió los descubrimientos del guardarropa del sitio web Político. Al analizar los gastos financieros de la campaña en septiembre, el sitio descubrió que los gastos de ropa de Palin incluían 50.000 dólares, gastados en las sucursales de St. Louis y Nueva York de una de las tiendas más caras, Sacks Fifth Avenue, así como 75.000 en Neiman Marcus en Minneapolis, una de las ciudades donde se realizó la convención republicana en septiembre. Otros medios estadounidenses afirman que Palin no fue fotografiada jamás con la misma ropa, y como una de las facturas de cinco mil dólares proviene de la exclusiva boutique Atelier, que sólo vende ropa de hombres, sugieren que no es difícil adivinar de dónde vienen los nuevos trajes del marido de Palin.

Tracey Schmidt, la vocera de la campaña de McCain y Palin, les restó importancia a las inversiones del partido en ropa: “Con los temas importantes que enfrenta el país en estos momentos, es notable que gastemos tiempo hablando de trajes y blusas”, dijo. “La intención es que la ropa se done para obras de caridad después de la campaña.”

Palin, por supuesto, atrajo muchos comentarios favorables por su estilo para vestirse. Por cierto esto la ayudó a llegar a las páginas de revistas como People. Pero la pregunta es, si, al comprar tantos trajes de moda para ella –para su marido Todd y posiblemente para Trig, el bebé–, la campaña no ha violado las leyes federales que rigen el uso de efectivo de campaña para regalos. Su sorpresiva llegada a la fórmula republicana a fines de agosto electrificó inicialmente a las bases republicanas y le dio a lo que pudo haber sido una fiesta de convención adusta en Minneapolis-St Paul una inyección de adrenalina. Eso fue algo bueno, pero la pregunta siempre está: ¿Le quitaría a Barack Obama a los independientes y los partidarios de Hillary Clinton?

La última encuesta de NBC es impactante porque, por primera vez, Palin es vista negativamente entre los votantes, mientras una mayoría –55 por ciento– dijo que ella no estaría calificada como presidenta si algo le pasara al cualquier cosa menos joven senador McCain. Las preguntas sobre sus calificaciones surgieron en la encuesta de NBC como la única y mayor preocupación que los votantes tienen por la fórmula McCain.

“¿Cuál es su problema?”, preguntó un exasperado McCain después de oír en el show radial Don Imus que hasta algunos republicanos desaprueban a su compañera de fórmula. La encuesta de NBC también pone a McCain 10 puntos detrás de Obama. Sin embargo, las preocupaciones en el campo de Obama es que los márgenes se pueden acercar, apoyadas por la encuesta de Associated Press que por separado los dos candidatos tenían un solo punto porcentual de diferencia. Obama tiene el 44 por ciento y McCain tiene 43 por ciento.

Pero la exposición le trae un nuevo peligro a Palin, que ayer volvió al territorio de las gaffes, al responderle a un niño de ocho años en una estación de televisión en Colorado que le preguntó qué hacía exactamente un vicepresidente. Respondió que el vice preside el Senado, lo que es más exagerado que el déficit federal. Un vicepresidente desempata cuando hay un empate en el Senado, pero eso es todo.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para PáginaI12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.