Los afiches de campaña estaban por todo Irak mientras los partidos urgían al pueblo para que votara en las elecciones provinciales de hoy. Estas determinarán el panorama político de Irak cuando se retiren las tropas estadounidenses. La última elección provincial hace cuatro años provocó la guerra civil entre los sunnitas y los chiítas, porque la alguna vez dominante comunidad sunnita se sintió marginada. Las elecciones de hoy, a las que le seguirá más adelante, este año, la elección parlamentaria, determinarán cuáles partidos tendrán el poder en las comunidades sunnitas y chiítas.

A diferencia de la elección de 2005, cuando muchos iraquíes sostenían que el verdadero poder quedaba en manos de los estadounidenses, el voto del 31 de enero tendrá lugar mientras 142.000 tropas estadounidenses en Irak comienzan a partir. Al ceñirse a la Constitución federal, los nuevos consejos tendrán poderes tales como el derecho a nombrar y despedir a gobernadores así como a preparar su propio presupuesto.

La elección será una prueba crucial para el primer ministro Nouri al -Maliki, que tuvo un año espectacularmente exitoso durante el cual enfrentó en distintos momentos a Estados Unidos, a los kurdos y a sus rivales chiítas. Fortaleció su propio pequeño partido Dawa utilizando fondos estatales y patrocinios para comprar el apoyo de líderes tribales.

La elite política en Irak tiene la reputación entre los votantes de ser una cleptocracia interesada solamente en saquear la riqueza petrolera e incapaz de proveer electricidad, abastecer agua o construir cloacas. La elección tendrá lugar en medio de una mejorada seguridad pero también desilusión con los líderes post Saddam. “Si las cosas no mejoran me temo que hay un golpe neo basista en unos pocos años”, dijo un ex ministro.

El partido Dawa de Maliki gobierna actualmente una provincia, Kerbala, pero está organizando consejos tribales para centralizar el poder y aumentar su autoridad. Necesita que le vaya bien en estas elecciones.