EL MUNDO › DESPUES DE QUE EL GRUPO CHECHENO INICIARA
LA EJECUCION DE LOS REHENES EN EL TEATRO DE MOSCU
Rescate a sangre y fuego en la madrugada
La toma de más de 600 rehenes en un céntrico teatro de Moscú terminó hoy sábado tras un fulminante ataque de las fuerzas antiterroristas. La operación vino después de que el comando ocupante empezara a ejecutar a los secuestrados.
Un drama de tres días días en torno a un teatro tomado en el centro de Moscú culminó hoy sábado con una fulminante operación antiterrorista lanzada poco después de que el comando checheno iniciara la ejecución de los más de 600 rehenes. Según la versión oficial, las dos ejecuciones causaron la fuga de parte de los rehenes, el disparo de los terro-ristas contra los fugados y la entrada de las fuerzas especiales rusas. El jefe del comando te-rrorista fue muerto así como al menos 10 rehenes; también hubo detenciones entre los secuestra-dores.
El comando había matado a dos rehenes luego de que se cumplie-ran dos plazos de un ultimátum para que las fuerzas militares rusas abandonaran la república separatista de Chechenia. El desenlace de hay constituye una victoria re-sonante para el presidente Vladimir Putin y sus equipos antiterroristas. Previamente, uno de los funcionarios de Putin había dicho que se daría una posibilidad de escape a los terroristas si éstos se rendían, pero que, de iniciarse las ejecuciones, empezaría el ataque de los comandos rusos (ver pág. 18). Eso fue lo que efectivamente ocurrió.
En la primera concesión del Kremlin a los secuestradores, Nicolai Patrushev, jefe del servicio secreto ruso (FSB) y hombre cercano a Putin, había afirmado ayer viernes que no matarían a los chechenos si éstos liberan a los rehenes. Pero era poco probable que esta promesa influyera en el grupo terrorista, conformado por cerca de 40 hombres y mujeres fuertemente armados y liderados por Movzar Basáyev, un hombre famoso por su crueldad y brutalidad. Por la mañana, los chechenos habían li-berado sin condiciones a 15 rehenes, entre los que había ocho niños. Pero los numerosos intentos que se hicieron ayer a la mañana para lograr la liberación de los más de 70 extranjeros que se encuentran entre los rehenes habían resultado un fracaso. Un veterano oficial de las fuerzas de seguridad rusas dijo que las negociaciones estaban siendo realizadas con conocidos señores de la guerra en Chechenia y que un país extranjero al que no nombraron estaba ayudando a mediar en el conflicto. “Basáyev es un simple peón. Hay que mirar a Basáyev y Udugov para ver de dónde saca sus órdenes”, dijo en referencia a dos de los jefes islámicos más poderosos de Chechenia.
El FSB (ex KGB) confirmó las amenazas de muerte de los terroristas, que primero vinieron de los mismos rehenes, cuando hablaban por teléfonos celulares con sus parientes y los medios locales. Un vocero del FSB dijo que se iniciaría una “acción apropiada” para prevenir las ejecuciones. Mientras tanto, los chechenos habían llenaron el teatro de explosivos por si las fuerzas rusas entraban al edificio y, según una mediadora, periodista de un diario ruso, los terroristas llegaron a obligar a los rehenes a tirarse al suelo como “ensayo” ante un eventual asalto.
En medio de la inquietud, el presidente Putin había declarado ayer que no era un buen momento para debatir los aciertos y equivocaciones de la guerra en Chechenia y llamó a un acuerdo sobre la “única tarea que importa, salvar las vidas de la gente”. Después del desenlace, nadie va atener nada que discutirle, y el mismo dato del espectacular secuestro va a relegitimar la posición de línea dura que ha seguido con los independentistas chechenos, que están afiliados a la red Al-Qaida de Osama bin Laden. Precisamente ayer había llovido sobre Moscú una gran cantidad de apoyos internacionales (ver recuadro en pág. 18) y Estados Unidos, Francia, Ale-mania, Gran Bretaña y España estuvieron entre los 29 países que enviaron expertos antiterroristas a Moscú, que aprobaron el desempeño de las fuerzas de seguridad rusas sobre el terreno.