EL MUNDO
A Putin todos dicen te quiero
Durante la tensa jornada de ayer casi todo el mundo apoyó a Rusia. Los jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea (UE) condenaron la toma de rehenes en Moscú por parte del comando checheno. El Consejo Europeo se manifestó “consternado e indignado”. Estados Unidos, el G8 y varios países latinoamericanos también condenaron la acción terrorista. El Departamento de Estado estadounidense señaló que la acción fue perpetrada por “terroristas chechenos”, cuyo jefe estaría relacionado con el “terrorismo internacional”. Por su parte, los cancilleres del G8 pidieron “la liberación inmediata e incondicional” de los rehenes, en una declaración emitida por Canadá, país que preside este año la organización. “Condenamos sin reserva la toma de rehenes en Moscú, un acto terrorista que nada podría justificarlo”, afirmaron los ministros del G8 en una declaración publicada por la oficina del canciller canadiense Bill Graham. En Los Cabos, México, en el marco de la reunión de líderes de la región asiática y el Pacífico (foro APEC), el primer ministro ruso, Mijail Kasianov, pidió a sus colegas su colaboración para acabar con el financiamiento del terrorismo internacional, que a su juicio ayudó a desencadenar la crisis de los rehenes en Moscú. Kasianov, que sustituyó al presidente ruso en el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), comparó la crisis en Moscú a los ataques del 11 de septiembre contra Estados Unidos. “Los temibles actos de Moscú siguen la misma línea de acontecimientos que estallaron el 11 de septiembre (2001) en Nueva York, en Filipinas y en Indonesia”, dijo Kasianov, en referencia a los últimos ataques terroristas en dichos países. Hasta Irak, en un discurso de Saddam Hussein, criticó la acción del comando checheno, considerando que actos de este tipo perjudicaban la imagen del Islam. Finalmente, el ex presidente independentista checheno Aslan Masjadov llamó al grupo rebelde a “evitar cualquier acción precipitada”. Y fue como un vaticinio.