EL MUNDO › FIRME MENSAJE DE VLADIMIR PUTIN Y FELICITACIONES INTERNACIONALES
Misión cumplida (con 140 muertos)
“Perdón por no haber podido salvar a todos”, dijo el presidente ruso Vladimir Putin en un mensaje por televisión. La operación de rescate del teatro Dubrovka arrojaba ayer 750 ex rehenes a salvo, y 90 muertos. También murieron los 50 secuestradores. La comunidad internacional dio su apoyo a Putin.
“El terrorismo no tiene futuro, nosotros sí” fue el mensaje que no dudó en expresar el presidente ruso Vladimir Putin horas después del fin de la toma de rehenes en el teatro de Moscú. En la madrugada de ayer, dos horas bastaron a las fuerzas de seguridad rusas para sofocar la crisis de los rehenes en el teatro Dubrovka, la peor que ha vivido el presidente en sus tres años al frente del Kremlin. La diligencia con que se desarrolló el rescate de las más de 800 personas retenidas desde el miércoles por un comando suicida chechén le valieron elogios generalizados a Putin en su lucha contra el terrorismo internacional, además de despertar la mirada mundial sobre el conflicto ruso-checheno. El dispositivo de rescate se valió de un gas paralizante con el que la policía se abrió paso en el recinto y finalmente liberó a 750 personas, matando a 50 rebeldes, según el Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB). Más de 90 rehenes resultaron muertos en la operación.
En un breve mensaje televisado, Putin enfatizó que a Rusia “no la pueden poner de rodillas” los terroristas y pidió perdón “por no poder salvar a todos” los rehenes. “Se logró casi lo imposible, cientos de vidas fueron salvadas”, señaló. Putin también agradeció el apoyo que recibió alrededor del mundo y subrayó que la lucha contra el terrorismo internacional no había terminado. “Pero debe ser ganada y será ganada”, subrayó. En esa línea, el jefe del gobierno pro ruso de Grozny, Ahmad Kadyrov, comentó que “ahora podemos vencer también en Chechenia”, la segunda guerra, en marcha desde 1999. Kadyrov agregó que la decisión de intervenir demuestra que el Kremlin no quiere ningún diálogo con el presidente independentista Masjadov. Putin también dedicó parte de su jornada de ayer a visitar, con delantal blanco de médico, a los rehenes internados en los hospitales.
Entre las 5.26 hora local y las primeras luces del alba, unidades especiales y de otros cuerpos de elite, fuertemente armados y pertrechados de máscaras antigás, acabaron con un secuestro que mantuvo en vilo durante casi 60 horas a toda Rusia y conmocionó a la comunidad internacional. El jefe del comando, Movsar Baráyev, que finalmente resultó muerto, había amenazado con fusilar a todos a partir de las seis de la mañana de ayer si Rusia no ordenaba detener la guerra de Chechenia. Según la versión oficial los terroristas mataron a dos rehenes antes de cumplirse el plazo, presumiblemente al percibir los movimientos policiales.
Las tropas especiales rusas se ayudaron en el asalto de su arma más eficaz: un gas paralizante, que, esparcido por los conductos de ventilación del teatro, provocó desmayos, mareos y vómitos, según explicó el viceministro del Interior, Vladimir Vasiliev. Este, que no identificó el gas tóxico, aseguró que ninguno de los rehenes muertos “tiene signos de envenenamiento por gas”, ante el incesante goteo de informaciones sobre el paulatino incremento del número de víctimas mortales. Además de confirmar la detención de tres terroristas, el FSB señaló que entre los cincuenta secuestradores muertos había 18 mujeres, y que muchos de ellos llevaban explosivos adheridos a su cuerpo. Durante la irrupción se llegaron a desactivar treinta artefactos explosivos que los secuestradores habían amenazado con emplear para dinamitar el teatro, y no murió ninguno de los agentes especiales ni ninguno de los 75 rehenes extranjeros retenidos. No se excluye que algunos de los secuestradores hayan logrado huir, aclaró el viceministro Vassiliev. Hasta ahora, las autoridades reconocieron que tres chechenos detenidos con vida están siendo “interrogados”.
La comunidad internacional apoyó a Putin y se congratuló sobre el desenlace: Estados Unidos, la Unión Europea, China y Naciones Unidas no se cansaron ayer de congratular a Putin. Como era de esperar, Estados Unidos lamentó el alto número de bajas y responsabilizó al terrorismo por ellas. El secretario general de la ONU, Kofi Annan, sintetizó con las fuerzas rusas pusieron fin a una “situación inadmisible”.