El presidente de la Corte Electoral boliviana, José Luis Exeni, renunció en el peor momento posible. A siete meses de las elecciones generales, con un mandato para rehacer todo el padrón electoral e incluir a todos los ciudadanos bolivianos que residen en el exterior, el juez dio un paso al costado, según dijo, por razones familiares. Exeni lideró la Justicia electoral durante los últimos dos referéndum nacionales y peleó ferozmente contra los autonómicos de las provincias opositoras. Gozaba del apoyo del gobierno de Morales, pero quedó atrapado en el ojo de la tormenta después de criticar a la oposición durante la última pulseada en el Congreso, por la nueva Ley Electoral. Hace dos semanas, el presidente Morales había logrado aprobar esa ley sólo después de ceder a las demandas de la derecha y reformular todo el padrón electoral e incluir el voto desde el exterior. A regañadientes y por orden del Congreso, Exeni aceptó hacerlo. Ayer declaró que su salida no pondrá en peligro ese proceso. “No debe haber ninguna duda con respecto a que el órgano electoral va a avanzar de acuerdo al calendario electoral que hemos previsto para el proceso de diciembre”, dijo al anunciar su decisión ante los medios. La oposición se apuró para aprovechar su salida. “El presidente debe reemplazar a Exeni con una persona que goce del consenso, respeto y trayectoria suficiente para devolver la credibilidad al órgano electoral”, reclamó el presidente del Senado y dirigente del Partido Podemos, Oscar Ortiz. Al cierre de esta edición, ningún funcionario del gobierno había comentado sobre la renuncia de Exeni.