EL MUNDO › SE CERRO LA CAMPAÑA EN ECUADOR CON UN FAVORITO
Lucho, a un paso de la gloria
Luego de la explosión de un polvorín que dejó siete muertos y 271 desaparecidos, finalizó ayer la campaña presidencial.
El cierre de campaña para el ballottage del domingo se vio sacudido por la explosión el miércoles a la noche de un polvorín militar en la sureña ciudad de Riobamba, que causó la muerte de al menos siete personas y unos 500 heridos, más un total de 271 niños desaparecidos, según indicó la Cruz Roja. En consecuencia, el gobierno de Gustavo Noboa declaró el estado de emergencia en esa ciudad, donde también se aplazaron los comicios para el 1º de diciembre, pero negó que se trate de algún atentado. Los dos candidatos, el favorito ex coronel Lucio Gutiérrez y el multimillonario bananero Alvaro Noboa, continuaron con sus duras declaraciones, entre las cuales Gutiérrez se distanció de la figura del venezolano Hugo Chávez, que fue centro en la campaña de Noboa, que comparó negativamente a ambos por su pasado golpista. Hasta el gobierno venezolano se sintió tocado.
Los candidatos, afectados por el caso de Riobamba (160 kilómetros al sur de Quito), donde además hubo daños en edificios y material electoral, decidieron cerrar sus campañas con actos en el puerto de Guayaquil. Este es visto como el bastión electoral y financiero de Noboa, quien ayer celebró allí sus 52 años de edad. Otro motivo de festejo fue que la Justicia británica lo absolvió de la acusación de dos de sus hermanas de haberlas estafado con el fin de heredar la fortuna de su padre. En tanto, Gutiérrez, de 45 años, postergó su visita a Colombia, donde iba a reunirse con el presidente Alvaro Uribe. El aplazamiento de la votación en Riobamba no debería afectar la divulgación de los resultados generales de los comicios del 24, teniendo en cuenta que en esa ciudad sólo hay inscritos 96.482 de los 8,15 millones de ecuatorianos habilitados para sufragar.
Los presidenciables se acusaron mutuamente de corrupción y cobardía por no haber acudido al duelo televisivo, y en términos de programas, por carecer de un plan serio para redimir a los más de nueve millones de pobres de Ecuador, un país con 12,1 millones de habitantes. Ninguno desafía la dolarización implantada en marzo de 2000. Lo más controvertido fue la campaña que lanzó Noboa sobre su rival. El gobierno venezolano protestó formalmente ante Ecuador porque esa campaña misma comparaba negativamente al candidato Gutiérrez con el presidente Hugo Chávez, mostrando imágenes de los sucesos de abril en tono “ofensivo”. Gutiérrez participó de una rebelión indígena en enero de 2000 que derivó en el derrocamiento de Jamil Mahuad, mientras Chávez dirigió un fallido golpe en 1992 contra Carlos Andrés Pérez antes de sufrir él mismo un intento golpista el pasado 11 de abril.
La propaganda de Noboa tildó al ex coronel de comunista. “No soy comunista; soy cristiano y creo en la propiedad privada”, se defendió el propio Gutiérrez, quien obtuvo el 20,3 por ciento de los sufragios en primera vuelta frente al 17,3 por ciento de Noboa. El favorito en las encuestas fue más lejos: “No me gusta que me comparen con el presidente Chávez”. Asimismo negó que su triunfo implique la formación de un “triángulo” de izquierda con el electo presidente del Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y Chávez en Venezuela. En este sentido, Estados Unidos apoyará al que gane. Al menos eso es lo que dijo la embajadora de Estados Unidos en Quito, Kristie Kenney, al señalar que ambos “demostraron capacidad para conducir Ecuador”.
Por primera vez desde 1979, dos candidatos ajenos a los partidos históricos del país llegan a disputarse la silla presidencial. Gutiérrez se presenta con el Partido Sociedad Patriótica 21 de Enero, que tiene como principal aliado al movimiento indígena, mientras que Noboa lo hace por el Partido Renovador Institucional Acción Nacional (PRIAN), de reciente fundación. La última encuesta de Informe Confidencial otorga a Gutiérrez el 53 por ciento de la intención de voto frente a 25 por ciento de Noboa. Los candidatos no pueden emitir desde el miércoles propaganda proselitista a través de los medios, por disposición del Tribunal Supremo Electoral (TSE), que consideró que sobrepasaron el tope legal de los gastos en publicidad.