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“Lo que escuché hoy fue música para mis oídos”, dijo el presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, cuando se refirió a su encuentro de ayer con el presidente electo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva. Wolfensohn aseguró que el Banco Mundial le prestará a Brasil hasta 10.000 millones de dólares para ser “socio” de este país en el “combate al hambre”. “Sentí que estaba ante una persona responsable, pero que tiene un sueño: ésa es una combinación genial”, dijo Wolfensohn en el último día de su visita oficial a Brasil. “Hoy me sentí mucho más contento de lo que estaba una semana antes de las elecciones”, indicó cuando se refirió a que Lula tiene en cuenta la “responsabilidad fiscal”.
Mientras, el presidente electo de Brasil propondrá a Argentina una “alianza táctica” entre los dos países para fortalecer el Mercosur y negociar conjuntamente el ALCA. Según el diario brasileño Folha de Sao Paulo, Lula le hará esta propuesta a Eduardo Duhalde el 2 de diciembre, cuando lo visite en Buenos Aires en una gira que incluirá a Chile.
En un jueves ajetreado, Lula también se reunió con Otto Reich, subsecretario de Estado norteamericano para América latina, que llegó a Brasil para preparar el encuentro del 10 de diciembre entre Lula y el presidente George W. Bush en Washington. Los asesores de Lula advirtieron al enviado de Bush que el próximo gobierno brasileño “jugará duro” en las negociaciones internacionales. “Estados Unidos siempre jugó duro en las negociaciones comerciales y ahora tendrán en Brasil a un gobierno que jugará como ellos”, dijo el secretario de Relaciones Internacionales del Partido de los Trabajadores (PT), el diputado Aloizio Mercadante, que participó del encuentro entre Lula y Reich. Mercadante exigió al funcionario estadounidense que retire las trabas proteccionistas que impiden el acceso de muchos productos brasileños al mercado norteamericano.
Por su parte, Reich sostuvo que a Estados Unidos le interesa “un Brasil fuerte porque Brasil es clave para la recuperación económica de Sudamérica”.