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Por Francesc Relea *
Desde Quito

El coronel que el 21 de enero de 2000 derrocó con un grupo de oficiales y miles de indígenas al desprestigiado presidente Jamil Mahuad se proclamó el domingo presidente de Ecuador. Lucio Gutiérrez Borbúa, de 45 años, mestizo criado en la selva oriental, contaba con el apoyo de los movimientos indígenas, la izquierda radical y un amplio sector de las fuerzas armadas. Gutiérrez recibió en su casa a un grupo de corresponsales extranjeros.
–¿Qué siente cuando lo llaman golpista?
–No siento nada, porque no soy golpista. Lo que pasó no fue un golpe de Estado. Un golpe de Estado lo dan las élites políticas, militares o económicas. Aquí se levantó el pueblo y los militares tenían dos opciones: masacrar a ese pueblo o unirse a él. Un grupo de militares decidimos unirnos a ese pueblo, porque tenía razón y porque en el artículo 4 de nuestra Constitución se garantiza el derecho de los pueblos a rebelarse contra gobiernos opresivos. Creo que la corrupción, la injusticia y la impunidad son formas de opresión.
–Pero el presidente Mahuad fue echado a punta de pistola y nunca presentó la dimisión. ¿Esto no fue un golpe de Estado?
–Entonces la Revolución Francesa también fue un golpe de Estado, porque en aquella época la monarquía era el gobierno legal. Se sublevó el pueblo y echó a la monarquía. En vez de un golpe, creo que es un orgullo para los franceses y un ejemplo para el mundo.
–¿Qué lugar ocuparían las comunidades indígenas que lo apoyan en un gobierno presidido por usted?
–Un lugar importante, pero los indígenas y mi partido político sólo somos una parte muy pequeña de Ecuador. Quiero tener un gobierno de concertación nacional, donde estén representados la mayoría de sectores del país.
–¿Qué haría usted para frenar la enorme emigración ecuatoriana?
–Crear fuentes de trabajo. La gente tiene que vivir y alza el vuelo en busca de nuevos horizontes. Vamos a preparar el escenario para que los ecuatorianos que quieran regresar lo hagan.
–¿Qué opina de la política española respecto de la emigración?
–Tendríamos que conversar con el gobierno español para tratar de mejorar la situación de los emigrantes ecuatorianos, porque los que están en situación ilegal sufren mucha explotación.
–La Unión Europea discute una propuesta española de exigir visado para los ciudadanos ecuatorianos. ¿Qué le parece?
–Podríamos conversar un poco sobre la historia. Cuando los españoles vinieron a América nadie les pidió visado.
–¿Se siente parte de un movimiento en América latina que está pensando políticas de otra manera para enfrentarse al ALCA y a la pobreza, como es el caso de Lula en Brasil?
–Tal como está Ecuador ingresar al ALCA sería un suicidio. Creo que en América latina hemos estado gobernados por políticos que no entendieron el verdadero concepto de la democracia. Se olvidaron de la población y crearon clases privilegiadas. Este pueblo se cansó de los mismos de siempre.
–¿Cuál es su opinión sobre la guerra en la vecina Colombia?
–Queremos proponer una propuesta de paz para Colombia y así quiero manifestárselo al presidente Uribe. El problema de Colombia es social y económico y no se puede resolver con una acción militar. Las ideas no se pueden matar con balas.
–¿Su carrera hacia la presidencia se parece a la de Hugo Chávez en Venezuela?
–Es posible que haya algún paralelismo, pero me parece que tenemos notables diferencias en cuanto a personalidad. Yo hablo de buscar consensos, voy a gobernar con los empresarios, los banqueros y los movimientos sociales.
–¿Cuál será su posición frente a Estados Unidos en relación con la solicitud de extradición, hasta ahora denegada, de los banqueros ecuatorianos acusados de robar millones de dólares que huyeron a Miami?
–He conversado con las autoridades norteamericanas sobre los banqueros corruptos que están refugiados en Estados Unidos, pedí de manera expresa que si soy presidente de Ecuador me ayuden en la extradición de estos banqueros como demostración de que quieren combatir la corrupción.
–¿Mantendrá la base militar norteamericana en el puerto de Manta?
–Respetaremos todos los convenios y tratados firmados. En su día me opuse a la concesión de la base de Manta. Mientras se respete lo firmado y la base se utilice para combatir el narcotráfico y no para la guerra en Colombia, no habrá razones para revisar el acuerdo.
–¿Cree que dicha base militar viola la soberanía de Ecuador?
–Es obvio, la soberanía es inalienable. Si hay una base en Ecuador, ¿por qué no podría haber una base ecuatoriana en Estados Unidos?
–¿Cuáles serán sus primeras acciones como presidente?
–Propondremos el nombramiento de jueces independientes, la reducción del número de diputados, cadena perpetua para políticos y funcionarios que roben el dinero del pueblo ecuatoriano. Para ello habría que reformar el Código Penal.
–¿Cómo piensa incorporar al 79 por ciento de pobres que hay en Ecuador a un mercado de consumo?
–Con inversión, con seguridad jurídica esperamos atraer inversión extranjera, otorgando concesiones para la construcción de carreteras, pozos petroleros, proyectos hidroeléctricos.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.