Martes, 2 de febrero de 2010 | Hoy
EL MUNDO › OBAMA PRESENTó UN PRESUPUESTO QUE IMPULSA LA CREACIóN DE PUESTOS DE TRABAJO Y APUNTA A REDUCIR EL DéFICIT
Ante un nuevo tiempo de austeridad y disciplina fiscal que propone el mandatario, los que no se perjudicarán serán las pequeñas empresas, los desempleados y el Pentágono, ya que pelea las guerras de Afganistán e Irak.
Por David Usborne *
Cercado por los reducidos impuestos a los ingresos y una necesidad de cambiar una todavía frágil economía en una recuperada, un sombrío presidente Barack Obama presentó ayer un nuevo presupuesto que prevé un déficit record de 1,56 billón de dólares este año y ofreció un pequeño plan en el corto plazo para rescatar a Estados Unidos de su marea roja. La propuesta presupuestaria, que anticipa un gasto de 3,8 billones de dólares –que puede ser corregida por el Congreso–, fue como un frío recordatorio del peso del desequilibrio del presupuesto de Estados Unidos. El presidente y sus asesores económicos se están esforzando por encontrar un equilibrio entre parecer serios para abordar la deuda nacional y hacer lo que sea necesario para alimentar al crecimiento económico. Los beneficiarios del mayor gasto serán las pequeñas empresas, los desempleados y, como pelea dos guerras, el Pentágono.
Mientras el año pasado era sobre la reforma de salud y los tambaleantes esfuerzos para que se apruebe, éste puede ser el año en que Estados Unidos ponga el acento en la disciplina fiscal, en parte porque el gasto excesivo en Washington y los efectos corrosivos del déficit han trepado a primer plano de la preocupación de los votantes en una elección de mitad de término. Es en parte la percepción de un gobierno que creció demasiado y es demasiado despilfarrador y que está preocupando a los votantes independientes, a la vez que alimenta al movimiento antiimpositivo Tea Party (Reunión de Té).
Obama dijo que agradecería todas las sugerencias para recortar el gasto. Pero con tono firme también dijo: “Es hora de que se exija a Washington lo mismo que las familias y las empresas se exigen. Es hora de ahorrar lo que podamos, gastar lo que tengamos que gastar y volver a vivir dentro de nuestras posibilidades”, subrayó. Y añadió: “Sencillamente no podemos seguir gastando como si los déficit no tuvieran consecuencias, como si el despilfarro no importara, como si el dinero duramente ganado por los estadounidenses pudiera ser tratado como dinero del juego Monopoly, como si pudiéramos seguir ignorando este desafío durante otra generación”.
La Casa Blanca arrastró el anuncio del presupuesto durante días con la promesa de congelar el gasto durante tres años para ciertas áreas domésticas. Entre las medidas para reducir el déficit, el presidente Obama decidió abandonar un programa de alto valor simbólico para Estados Unidos, que permitiría enviar nuevamente al hombre a la Luna. Asimismo, terminará con las reducciones de impuestos para los hogares de mayor poder económico en 2011, fijadas por su predecesor George W. Bush.
El gobierno dejará por fuera de ese congelamiento del gasto a los programas sociales y a los asuntos de seguridad. También propone establecer una nueva cuota a los grandes bancos para ayudar a pagar las pérdidas bajo el impopular programa de rescate del gobierno.
Según las proyecciones de la Casa Blanca, éstas y otras medidas deberían ser suficientes para bajar el déficit anual hasta los 700 mil millones de dólares (cerca del 4,2 por ciento del PBI nacional), para fines de 2013. Pero las prioridades de gastos a largo plazo que se mencionaron ayer añadirían 8,5 billones de dólares a la deuda nacional para 2020, aumentando la deuda como una proporción del PBI a 77 por ciento comparado con el 53 por ciento de ahora.
Pero en el corto plazo, la administración Obama no retrocede del todo ante nuevos gastos. El presupuesto incluye un pedido al Congreso para que apruebe inmediatamente un programa de 100 mil millones de dólares para impulsar el crecimiento de los empleos. Esto, sostienen los funcionarios, será redituable en el largo plazo porque parte del problema hoy puede atribuirse a la pérdida de 7 millones de empleos desde que comenzó la recesión. La falta de empleos significa ingresos menores y gastos más altos en programas sociales. “No podremos bajar este déficit de la noche a la mañana, dado que todavía nos estamos recuperando –dijo Obama–. Seguiremos haciendo lo imposible para crear empleos. Es esencial.”
Los lobbyistas, las corporaciones y los políticos estaban todos por igual examinando el presupuesto de 3,83 billones de dólares buscando ítem que los afecte directamente. En sus páginas se podía encontrar grandes recortes en financiación de vehículos oruga para el ejército de Estados Unidos y un pedido de poner fin a los subsidios de las cosechas para los campesinos ricos. Las empresas petroleras puede perder 39 mil millones de dólares en amnistía tributaria.
El presupuesto será analizado durante varios meses por los legisladores estadounidenses, y regirá desde el 1º de octubre hasta el 30 de septiembre del próximo año.
De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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