Brasil no enriquecerá el uranio iraní. Así lo afirmaron funcionarios de la Cancillería brasileña y un vocero de la empresa estatal que produce uranio enriquecido en el país sudamericano. “No ha habido conversaciones sobre enriquecimiento de combustible nuclear en Brasil”, sentenció un funcionario diplomático, que pidió el anonimato. Sin dar demasiadas explicaciones, el miembro del Palacio de Itamaraty desmintió la versión que había difundido el director de la agencia iraní de energía atómica, Ali Akbar Salehi, cuando mencionó a Brasil como uno de los países que estaría dispuesto a aceptar el acuerdo propuesto por el presidente Mahmud Ahmadinejad anteayer. El líder iraní aseguró que estaría dispuesto de enviar su uranio al exterior para recuperarlo ya enriquecido en no más de cinco meses.

Según el plan del mandatario iraní, varios países del hemisferio occidental recibirían el uranio de ese país persa para terminar de procesarlo y convertirlo en combustible. La agencia nuclear de las Naciones Unidas (AIEA, por sus siglas en inglés) había propuesto que el uranio volviera a Teherán en un plazo de un año. Sin embargo, Ahmadinejad respondió que el combustible debe estar en el país en cinco meses. No detalló, en cambio, cuáles podrían ser los países receptores del uranio.

Unos días después la agencia de noticias china Xinhua citó a Salehi confirmando tres posibles destinos, Francia, Brasil y un país asiático. “Las negociaciones se están realizando y pronto anunciaremos los acuerdos finales”, había señalado. Según el plan orginal de la AIEA, Francia y Rusia serían los países elegidos.

Además de la desmentida de la Cancillería brasileña, una vocera de Industrias Nucleares Brasileñas (INB), la empresa estatal que se ocupa de enriquecer el uranio del país sudamericano, también descartó la posibilidad de participar en el acuerdo con Irán. “No nos corresponde a nosotros comentar eventuales acuerdos entre países, pero Brasil comenzó a producir uranio enriquecido a nivel industrial apenas en 2009 y su producción es muy incipiente”, aseguró la funcionaria, que pidió no revelar su nombre.

El rumor había cobrado fuerza por dos razones. En primer lugar la buena relación que mantiene Lula con el gobierno iraní. Ahmadinejad visitó Brasil a final de 2009 y el mandatario brasileño tiene previsto ir a Teherán en mayo próximo. Y en segundo lugar, porque el mismo canciller brasileño, Celso Amorim, había confirmado recientemente que estaba dialogando con diplomáticos de Rusia, Turquía e Irán para agilizar un acuerdo nuclear entre el régimen islámico y la comunidad internacional.

Pero según la vocera de INB, aun si Brasilia tuviera voluntad política de participar en el intercambio, técnicamente el país no estaba listo. “Brasil todavía compra en el exterior buena parte del uranio enriquecido (al 4 por ciento que sus plantas nucleares consumen) y la expectativa que tenemos es que sólo en 2014 alcancemos la autosuficiencia”, explicó.