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“Chantaje inaceptable.” Este es el calificativo que el gobierno de Cuba utilizó para referirse a la huelga de hambre que mantiene desde hace casi dos semanas el periodista opositor Guillermo Fariñas. La posición del gobierno castrista frente al reclamo del disidente, que recurrió a la medida de fuerza con el supuesto objetivo de imponer la liberación de 23 presos políticos en la isla, quedó fijada ayer mediante un artículo publicado en el diario oficial Granma. En el mismo, Fariñas es descripto como un delincuente común violento, responsable de actuar al servicio de intereses extranjeros y en contra del orden constitucional cubano.

“Cuba, que ha demostrado con creces que tiene como divisa principal la vida y la dignidad del ser humano, no aceptará presiones ni chantajes”, señala de manera terminante el artículo del matutino, órgano además del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC). “No es la medicina la que debe resolver el problema intencionalmente creado con el propósito de desacreditar nuestro sistema político, sino el propio paciente y los apátridas disidentes, diplomáticos extranjeros y medios de prensa que lo manipulan”, afirmó el texto, al tiempo que advirtió que “las consecuencias de la huelga serán de su única y entera responsabilidad”.

Fariñas, un psicólogo de 48 años, miembro integrante de la red de los llamados “periodistas independientes”, se declaró en huelga de hambre el 25 de febrero pasado en su casa en Santa Clara, ubicada a 280 kilómetros de La Habana, pocas horas después de la muerte del disidente Orlando Zapata Tamayo, que falleció tras un ayuno de 83 días en protesta contra el gobierno del mandatario Raúl Castro.

A diferencia de lo ocurrido con Zapata, esta vez la dirigencia cubana eligió sentar rápidamente su posición frente a los reclamos del disidente que aboga por la excarcelación de una veintena de opositores presos por problemas de salud. En el artículo del matutino, el gobierno adujo que cada uno de los reos fue sancionado con todas las garantías procesales y juzgados por constituir una amenaza para la seguridad del país, por lo que el reclamo por los presos políticos responde a otros intereses.

“Importantes medios occidentales de prensa vuelven a llamar la atención con la mentira prefabricada. Así responden a los intereses imperialistas contra nuestro país. La manipulación es tal que los reportes periodísticos llegan a plantear que el gobierno cubano ha indicado que se deje morir a este asalariado de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana, sin apuntar ni una palabra sobre los múltiples esfuerzos de nuestros profesionales de la salud por asistir a esa persona”, señaló el diario, al tiempo que explicó que si Fariñas hoy está vivo, es gracias a la atención calificada que recibe sin importar su condición de mercenario.

Según trascendió, el periodista sufrió un desmayo el miércoles de la semana pasada y fue atendido rápidamente en dos hospitales públicos de la isla, donde tras recibir el apropiado tratamiento de hidratación, recobró la conciencia y volvió a su casa.

Esta no es la primera huelga de hambre para Fariñas. En total, el periodista ha montado unas veinte, la última de ellas en 2006, durante seis meses, para exigir el acceso libre a Internet para todos los cubanos.

De acuerdo con lo publicado ayer por el diario El País de España, Fariñas recibió la visita del diplomático español Carlos Pérez Desoy, que le transmitió la decisión de la dirigencia cubana de permitirle salir hacia el Viejo Continente en un gesto de las autoridades de la isla. Fariñas se negó.