Los terroristas suicidas y los militantes armados llevaron a cabo un ataque sobre una misión diplomática en la ciudad paquistaní de Peshawar ayer, matando a por lo menos tres guardias y detonando una serie de explosivos, en un incidente que subrayó la permanente fortaleza de la fuerza talibán en la región. El ataque sucedió poco después de que una explosión suicida en la ciudad de Timergara, a unos 80 kilómetros de Peshawar, matara a 45 personas en una manifestación política. Ningún estadounidense resultó herido en el ataque al fuertemente custodiado Consulado de Estados Unidos, pero los guardias paquistaníes se vieron involucrados en una balacera con militantes portando morteros y granadas, así como armas automáticas, matando a cuatro de ellos, evitando así que la matanza resultara mayor.

Mientras continuaba la batalla a tiros, una serie de cuatro bombas explotó en rápida sucesión, esparciendo nubes de polvo y desechos por el aire. Según Bashir Ahmad Bilour, el ministro provincial, se encontraron cinturones cargados de explosivos en los cuerpos de los atacantes. “Estaban bien equipados”, les dijo más tarde a los periodistas afuera del edificio. “Tenían un montón de explosivos.”

Anoche, la Embajada de Estados Unidos en Islamabad confirmaba que el Consulado había sido el blanco del ataque y condenaba el incidente. El ataque suicida en Timergara, que queda en el distrito Lower Dir, mató a los asistentes a un evento para renombrar la Provincia Fronteriza de Noroeste. “Creo que los militantes pueden estar tratando de enviar dos mensajes”, dijo Hasan Askari Rizvi, un analista militar paquistaní. “El primero es que el talibán tiene todavía la capacidad para lanzar ataques sobre grandes blancos a pesar de perder el control de Waziristan del sur. El segundo puede ser un tipo de reacción a las crecientes operaciones de Estados Unidos en Afganistán. Esto sucede después del diálogo estratégico entre Estados Unidos y Pakistán durante el cual acordaron una mayor cooperación contra el talibán.”

La ciudad de Peshawar ha sido escenario de infinitos ataques suicidas durante los últimos 18 meses. Muchas organizaciones de ayuda extranjera recortaron sus operaciones debido a la inseguridad reinante y el Consulado de Estados Unidos es uno de un puñado de misiones diplomáticas que todavía están establecidas en la ciudad. En el verano de 2008, el cónsul general de Estados Unidos en Peshawar, Lynne Tracy, sobrevivió a un ataque de hombres armados sobre su automóvil a prueba de balas en la ciudad.

En el incidente de ayer, parece que un grupo de militantes bien armados distrajo a guardianes paquistaníes en el Consulado antes de detonar un número de bombas en lo que los funcionarios llamaron “un ataque bien planeado”. El talibán, a través de un vocero, se adjudicó la responsabilidad del ataque, que sucedió días después de que los militantes les dijeran a periodistas paquistaníes que estaban planeando importantes ataques.

Los testigos señalaron que los atacantes habían llegado cerca del cruce en la Plaza Shama, en el área militar de Peshawar, en dos vehículos y que algunos de ellos estaban armados con granadas lanzadas por cohetes. Ghulam Hussain, un oficial de la policía local, le dijo más tarde a la Agencia France-Presse: “El blanco era el Consulado de Estados Unidos, pero no lograron llegar hasta ahí. Uno de los terroristas suicidas se detonó cerca del portón. La policía que custodiaba el Consulado comenzó a disparar. Más explosiones se sucedieron. Hemos recuperado material sin explotar de cuatro puntos”.

Antes, durante el día, un terrorista suicida atacó una reunión del Partido Nacional de Awami (PNA) convocada para celebrar la nueva legislación para renombrar la Provincia Fronteriza del Noroeste como Khyber-Pakhtunkhwa. El partido secular, fuertemente opuesto al talibán, pidió un cambio de nombre para representar mejor a la provincia, de población mayoritariamente pashtun.

Washington le ha dado a Pakistán miles de millones de dólares en asistencia militar y está también financiando un número de proyectos de desarrollo en el noroeste de Pakistán destinados a socavar el apoyo al talibán. Muchos de esos proyectos eran supervisados por funcionarios en el Consulado en Peshawar. Desde que Barack Obama tomó posesión el año pasado, Estados Unidos aumentó el número de ataques con aviones no tripulados sobre sospechados blancos militantes en la región. Un número de líderes talibán y de Al Qaida resultaron muertos por los ataques, que son muy impopulares entre los locales por el número de inocentes muertos.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.