El jefe del Partido Socialista de Chile, senador Fulvio Rossi, valoró la renuncia del jefe penitenciario Iván Andrusco acusado de delitos de lesa humanidad, pero cuestionó la “poca prolijidad” del presidente Sebastián Piñera en sus designaciones, mientras un vocero del oficialismo calificó el hecho como “un mal precedente”. El caso venía provocando tensiones dentro de la coalición gobernante. Los sectores más moderados apoyaban la separación del funcionario para aplacar las críticas de la oposición, mientras que los más duros argumentaban que Andrusco nunca fue formalmente acusado por ningún delito.

Rossi destacó que la renuncia de Andrusco, general retirado de la policía (Carabineros) que duró 19 días en su cargo, se sumó el mismo día a la de Julio Dittborn, dirigente oficialista, a la Comisión del Bicentenario, por no encontrar financiamiento del gobierno a sus iniciativas.

También dos gobernadores designados renunciaron por sus vínculos con la Colonia Dignidad, un enclave alemán que colaboró con la represión de la dictadura militar (1973-1990), y por deudas personales millonarias.

Por su parte, el vicepresidente del partido oficialista Unión Demócrata Independiente (UDI), diputado Iván Moreira, expresó su completo desacuerdo con la renuncia de Andrusco y calificó el hecho como “un mal precedente”.

“Siento que al renunciar le da la razón al diputado (comunista) y abogado de derechos humanos Hugo Gutiérrez, porque la verdad es que cuando uno es inocente tiene que luchar siempre hasta el final por esa inocencia”, dijo. Andrusco fue acusado de haber participado en el comando de la policía que en 1985 asesinó mediante degollamiento a los opositores José Manuel Parada, Manuel Guerrero y Santiago Nattino. Andrusco presentó el viernes su dimisión, y declaró haber recibido amenazas de muerte.

“Presenté mi renuncia al ministro de Justicia por considerar que no tengo derecho a exponer a mi familia al odio y a las falacias del diputado éste (Gutiérrez)”, dijo el ahora ex funcionario.

Según Gutiérrez, “en la renuncia (de Andrusco) tuvo un papel protagónico el presidente (Sebastián Piñera). Se entendió que en el gobierno de los mejores él (Andrusco) no tenía la idoneidad para ocupar el cargo”. Esta fue la cuarta renuncia o acusación de esta naturaleza que enfrenta el gobierno por cuestionamientos a las nuevas autoridades. Otra fue la del gobernador de Bio-Bio, José Steigmeier, quien fue echado del cargo antes de que asumiera, tras ser vinculado con una secta pedófila.

También fue cuestionada la designación del saliente comandante en jefe del Ejército, Oscar Izurieta, como viceministro de Guerra, lo que alzó críticas en la oposición, que estimó que su designación “politizaba” a las Fuerzas Armadas. La última fue la denuncia que el mismo Gutiérrez realizó el pasado viernes al jefe de Gabinete del subsecretario de Defensa, general en retiro Mario Larenas, por su supuesta participación en el fusilamiento de 13 simpatizantes de izquierda en la ciudad de La Serena, en octubre de 1973.