EL MUNDO › UN ARTICULO DEL JEFE PALESTINO REPLANTEA EL DIALOGO
Ahora es el turno de Arafat
En un artículo publicado en “The New York Times”, el líder palestino Yasser Arafat condenó los “ataques terroristas contra civiles israelíes”, en medio de movidas diplomáticas de ambas partes para relanzar el diálogo.
Algo sigue moviéndose en Medio Oriente. Después de una semana en que el primer ministro israelí Ariel Sharon abrió un nuevo camino al reunirse con altos responsables palestinos por primera vez en un año de mandato, Yasser Arafat se dirigió ayer a la opinión pública internacional en un artículo publicado por The New York Times donde condenó “los ataques llevados a cabo por los grupos terroristas contra civiles israelíes” y les rogó “terminar con esas actividades”. El canciller Shimon Peres sostuvo que ve “una luz de esperanza” en el panorama: “Las dos partes están menos próximas de lo que yo quisiera, pero más cerca de lo que ustedes se imaginan”, sostuvo desde Nueva York.
En el artículo Arafat delineó su visión de un “país palestino independiente y viable en el territorio ocupado por Israel en 1967, viviendo como cualquier otro país vecino de Israel”. Arafat declaró que se “sentaría con cualquier líder israelí, más allá de su pasado, para negociar la libertad de los palestinos”. El artículo marcó el intento más decidido de Arafat por seducir a la opinión pública norteamericana e israelí en 16 meses de violencia. También el líder palestino se encargó de asegurar que el accionar de los grupos violentos no es representativo de la voluntad del pueblo palestino. Esta declaración de buena voluntad se produce después que el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) decidiera la semana pasada su salida temporaria del Comité Ejecutivo de la OLP en protesta por el arresto de su líder Ahmed Saadat, que está recluido en una prisión palestina acusado de ser el autor intelectual del asesinato del ministro de Turismo israelí Rejavam Zeevi en octubre último.
Estados Unidos reaccionó por medio de la consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, que presionó al líder palestino para que tome medidas más duras. “A Arafat no le estamos pidiendo nada más de lo que le hemos pedido a cada líder del mundo”, dijo Rice. “Si va a ser el líder del pueblo palestino... debe comenzar sacando a los terroristas del medio.” El secretario de Estado Colin Powell se sumó al mensaje: “Arafat debe convencer a su pueblo, a todas las organizaciones palestinas, de que con la violencia están destruyendo esa idea de un Estado palestino”.
Sharon, que enfrenta una rebelión por parte de los ministros más derechistas de su gabinete por dar la impresión de estar cediendo a Arafat, se ocupó de restar importancia en público al mensaje del líder palestino: “El habla incesantemente. Seguramente los comentarios fueron escritos en un lenguaje más suave pero él es excelente a la hora de hablar”, dijo en una entrevista a la televisión israelí.
El trasfondo de estas declaraciones públicas se da en las inusuales reuniones reservadas de la semana pasada. Anteayer, Peres se reunió con dos funcionarios de la Autoridad Palestina –Ahmed Qorei y Khaled Salem– para discutir formas de terminar con el derramamiento de sangre y la vuelta a las conversaciones. El miércoles, Sharon se reunió con Qorei, presidente del Parlamento palestino, Mahmud Abbas, vicepresidente “extraoficial” de Arafat, y su asesor Mohammed Rashid, en una reunión dedicada a que ambas partes expusieran sus posiciones de apertura: Sharon, que cesen la violencia y los atentados y que se “desmantele la infraestructura” de Hamas, Jihad Islámica y el movimiento de Arafat, al-Fatah; los palestinos, que Israel levante su bloqueo de los territorios ocupados, concluya con sus incursiones en las áreas de la Autoridad Palestina y con sus asesinatos selectivos a líderes palestinos.
Desde Nueva York, donde participó del Foro Económico Mundial, Peres negó haber llegado a algún acuerdo con Korai y sostuvo que “todavía no se ha firmado nada”, pero que podría habrá nuevos encuentros. De cualquier manera, Peres aclaró que la última palabra la tendrá Sharon, que esta semana viaja a Washington a entrevistarse con George Bush.