Viernes, 17 de septiembre de 2010 | Hoy
EL MUNDO › CHOCAN EN LA UE SARKOZY Y EL PRESIDENTE DE LA CE
Ayer, al cabo del Consejo Europeo celebrado en Bruselas, Sarkozy se trenzó en una agria discusión con su par búlgaro y con el jefe de la Comisión Europea por las deportaciones.
Por Eduardo Febbro
Desde París
La deportación de gitanos iniciada por Francia desencadenó un enfrentamiento “viril” entre Nicolas Sarkozy y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durrao Barroso. Ayer, al cabo del Consejo Europeo celebrado en Bruselas, los 27 jefes de Estado y de gobierno de la UE se mordieron la lengua y evitaron criticar a Nicolas Sarkozy. Todos, al parecer, menos uno: Barroso. Según reveló el primer ministro búlgaro, Boyko Borissov, Sarkozy y Barroso protagonizaron un encontronazo de tono subido. Borissov dijo que se produjo una “disputa muy violenta” entre Barroso y Sarkozy. Durante la rueda de prensa final, Sarkozy desmintió el altercado: “Si hay alguien que mantuvo la calma y que se abstuvo de hacer comentarios excesivos, he sido yo (...). Conozco muy bien al señor Barroso y lo aprecio y lo apoyé en su elección”, dijo el presidente.
Sin embargo, pese al desmentido, varias delegaciones confirmaron la veracidad de la confrontación. Eso es lo que detalla el diario Le Monde. Según el vespertino, el primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, habló de un intercambio “macho y viril”. Un diplomático europeo citado anónimamente por Le Monde agregó que “los gritos eran tan fuertes que se escuchaba todo desde la otra punta del corredor”. No sin ironía, la canciller de Alemania, Angela Merkel, evocó “una discusión franca”. En cuanto al clima general entre los 27, Merkel puntualizó: “En lo que atañe a la calidad de los platos, el almuerzo estuvo bien”. El enojo de Sarkozy contra la Comisión Europea nace con los comentarios que hizo la responsable de Justicia y Derechos Fundamentales de la UE. Viviane Reding había considerado “vergonzosa” la existencia de una circular del Ministerio de Interior francés en la cual se designaba a los gitanos como principales destinatarios de las medidas de seguridad anunciadas por el Ejecutivo. La frase de Reding que ofendió a Sarkozy es la siguiente: “Pensaba que Europa ya no sería más testigo de este tipo de situación después de la Segunda Guerra Mundial”. La comparación excesiva entre lo que ocurre hoy y el régimen nazi ofendió a París. En este sentido, durante una reunión de trabajo previa al almuerzo y en la que estaba Barroso, Sarkozy dijo que “la Comisión hirió a Francia”. El meollo de esta crisis inédita en los anales de la UE no consta sólo de las opiniones de Viviane Reding, quien, por otra parte, ya se disculpó, sino también y sobre todo de la forma selectiva en que se deportó a gitanos hacia Rumania y Bulgaria.
Nicolas Sarkozy aseguró que los 27 líderes de la Unión se desolidarizaron de las declaraciones de Viviane Reding. El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, comentó que la frase de Reding les pareció a los europeos “fuera de lugar”. Entre los jefes de Estado y de gobierno, sólo los de Italia y República Checa manifestaron su apoyo público a Francia en la polémica sobre los gitanos. Es lícito recordar que Silvio Berlusconi fue el primero que, hace dos años, lanzó un operativo contra lo que llamó “la emergencia gitana”. El decreto firmado por Berlusconi ordenaba “alejar o expulsar” a los gitanos. En junio de 2008, el número dos del Ministerio de Interior italiano, Alfredo Mantovano, dijo al diario Il Tempo que los gitanos “constituyen una etnia conectada a un cierto tipo de delitos. Robos y asaltos”. El operativo berlusconiano no provocó en aquel entonces ninguna reacción en las instituciones de la Unión Europea. Silencio total.
El antagonismo central con Francia no se aplacó: éste no tiene como actores a los 27 Estados, sino a la Comisión Europea y a Francia a raíz de la expulsión de los gitanos. El estilo de las deportaciones no pasa. Así, por ejemplo, José Manuel Durrao Barroso recalcó en conferencia de prensa que “la discriminación de las minorías étnicas es
inaceptable”. El conflicto llevó a Viviane Reding a pedir que se entablara un “procedimiento de infracción contra Francia” por el uso discriminatorio de la directiva sobre Libertad y Movimiento (ésta garantiza la libre circulación de las personas al interior de las fronteras de la Unión Europea). El presidente francés puntualizó ayer que “Francia seguirá desmantelando todos los campamentos ilegales, independientemente del origen de quienes los ocupen”. La aclaración tiene su peso porque corrige el desastroso efecto de la circular sobre los gitanos (5 de agosto) que de-sencadenó la polémica actual.
Nicolas Sarkozy no logró ayer disipar el malestar creado por su política y por sus comentarios. Cuando Sarkozy evocó las palabras de Viviane Reding dijo que si tanto le interesaban los gitanos no tenía más que recibirlos en Luxemburgo (el país de Reding). El primer ministro de Luxemburgo se molestó con el comentario de Sarkozy, al que juzgó “mal intencionado”. El jefe de Estado francés empañó las relaciones de París con sus socios europeos. De una manera bien concreta, Sarkozy consiguió exportar al corazón de la Unión la temática con que gobierna Francia desde que llegó al poder en 2007: la confrontación.
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