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El papa Benedicto XVI dijo estar “conmocionado” tras escuchar las historias de víctimas de abusos sexuales perpetrados por sacerdotes católicos, en el marco de su visita de cuatro días al Reino Unido, donde realizó un histórico pedido de disculpa a los damnificados.

El Pontífice expresó además “profundo dolor y vergüenza” por el sufrimiento causado, según un comunicado difundido hoy por la Santa Sede tras una reunión privada del Papa con cinco víctimas de abusos por parte de sacerdotes católicos, celebrada en Londres.

Bill Kilgallon, presidente de la Comisión Nacional de Protección Católica, afirmó haber hablado antes del encuentro papal con las víctimas “quienes estaban bastante emocionadas”. Según Kilgallon, las cinco personas que fueron abusadas sexualmente por curas paidófilos pasaron entre 30 y 40 minutos con el Papa, “un tiempo significativo” y “más que lo que le tocó al primer ministro”, agregó.

El papa Benedicto XVI pidió hoy perdón por el abuso de niños por parte de sacerdotes católicos y calificó de “crímenes indescriptibles” esos hechos, en el marco de su histórica visita al Reino Unido. “Pienso en el inmenso sufrimiento causado por el abuso de niños, especialmente dentro de la Iglesia y perpetrado por sus ministros”, declaró hoy el Papa en su homilía desde la Catedral de Westminster, sede en Londres de la Iglesia Católica de Inglaterra y Gales.

El Pontífice, de 83 años, inició el jueves una histórica gira por el Reino Unido, donde se reunió con la reina Isabel, en la primera visita de un Papa a territorio británico como jefe de Estado del Vaticano. Benedicto XVI admitió “vergüenza y humillación” por los abusos sexuales a menores, en su disculpa pública más contundente desde que arribó al Reino Unido el jueves. “Sobre todo, expreso mi profunda pena por las víctimas inocentes de esos crímenes indescriptibles, junto a mi esperanza acerca de que el poder de la gracia de Cristo, su sacrificio para la reconciliación, sane las heridas y lleve paz a las vidas de las víctimas”, agregó.

La visita del Papa al Reino Unido estuvo signada por las protestas de las víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes católicos durante su infancia, y una escasa repercusión pública, a diferencia de la visita realizada hace casi 30 años por su antecesor Juan Pablo II, quien llegó a convocar 250.000 fieles.

Al menos 10.000 personas se congregaron ayer en el centro de Londres para manifestar contra la visita de Benedicto XVI, que finaliza hoy. La movilización, que comenzó en el céntrico Hyde Park, finalizó en Downing Street, donde se entregó un petitorio al primer ministro británico.