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Ocho de cada diez personas creen que el problema de salud que tuvo Néstor Kirchner no será obstáculo para que sea candidato en 2011. Más aún, una mayoría –que incluye a los que no lo votan– cree que el ex mandatario va a ganar. “Esos datos contrastan claramente con las ideas que aparecieron en estos días, como aspectos muy misteriosos de la enfermedad o que la carrera política de Kirchner está muy limitada. Para el ciudadano común, las cuestiones que tienen que ver con enfermedades han dejado de estar en el centro de la escena política. En Brasil está por ganar Dilma Roussef, que ha declarado que tiene cáncer, pasó por quimioterapia y usa una peluca porque sufrió la caída del cabello. Tal vez la gente piensa que el candidato tiene una limitación, pero ve que otros candidatos tienen otras limitaciones. Ya no es la última palabra”, sostiene el consultor Enrique Zuleta Puceiro.

A siete días de la internación del ex presidente, su intención de voto se parece mucho a la que tenía antes. Supera nítidamente a los candidatos de la oposición y en los escenarios más razonables alcanza el 36 por ciento, con muchas chances de ganar en primera vuelta. Las conclusiones surgen de una extensa encuesta realizada por la consultora Opinión Pública, Servicios y Mercados (OPSM), que lidera Zuleta Puceiro. En total, se entrevistaron 1100 personas en 65 localidades del país, respetándose proporciones de edad, sexo y nivel socioeconómico. El estudio fue conducido por Gustavo Di Lorenzo.

“Tradicionalmente –señala Zuleta–, la teoría de los presidentes imponía una imagen de salud y vitalidad. Hay mucha literatura sobre eso. Los grandes jefes no mostraban que tienen problemas como los demás. Carlos Menem, por ejemplo, jugaba al fútbol, al básquet, salía con mujeres, trataba de mostrar una enorme vitalidad. La realidad es otra. Mitterrand y Reagan fueron operados de cáncer y ya vemos lo que sucede en Brasil con Dilma Roussef, que está por ganar. Ese factor ya no altera la confianza. El ejemplo de Brasil es significativo, porque es un país en el que la cuestión física tiene mucho peso. Y en lo específico, la cuestión de las arterias y los stents dejó de tener el dramatismo de antaño. Es posible que haya gente que piense que Kirchner está enfermo, pero lo ve como una limitación más. Como otras limitaciones que tienen los demás candidatos. Lo que ocurre con un episodio como el de la semana pasada es que el ciudadano ve más bien la reacción, cómo responden su esposa, el grupo de amigos. La personalidad pierde algo de mítico, es más real.”

Muchos consultores pronosticaban que el paso de Kirchner por la Clínica de los Arcos iba a producirle una pequeña suba en las encuestas. “Yo no lo registro. No veo que haya subido ni bajado –analiza Zuleta–. Puede suceder que algún día de la semana pasada se haya registrado un cambio, porque una enfermedad humaniza al candidato, exhibe cómo supera los inconvenientes, pone sobre la balanza que salió a un acto al día siguiente y que se hace cargo de los problemas. Pero lo cierto es que el voto no varió en nada al final de la semana. Más aún, yo diría que hay un cuadro significativo en el que aparece el 51 por ciento sosteniendo que Kirchner ganará las elecciones el año que viene. Afirman eso los que lo votan, pero también muchísimos que no lo votan. Y no tiene que ver con salud o enfermedad, sino porque la gente sigue evaluando que, al menos por ahora, no se ven alternativas claras en la oposición. A Ricardo Alfonsín lo ven muy radical, tal vez inmaduro. Julio Cobos es una figura, a esta altura, anodina, y Mauricio Macri se mantiene, incluso ha crecido, porque hay una parte de la sociedad que está muy en contra del oficialismo y percibe que Macri lo enfrenta. Son las clases medias de Capital Federal, Gran Buenos Aires y lugares del interior como Salta o Mendoza. El lema podría ser ‘el enemigo de mi enemigo es mi amigo’, es decir que si Macri está enfrentado a Kirchner, es bien visto por esos sectores. Además, los temas tienen que ver con seguridad, educación, cortes de calles o de rutas, ocupación de colegios. Es un target que no le sirve para ganar una elección, pero que sí le sirve para consolidarse. En todos esos temas, Alfonsín, Cobos, Solá y los demás candidatos aparecen más desdibujados.”

En un escenario en el que sólo competirían Kirchner, Macri, Alfonsín y Duhalde, el ex presidente estaría muy cerca de ganar en primera vuelta, aunque lo cierto es que todavía falta más de un año para la elección.