EL MUNDO › EL DIAGNóSTICO PRIVADO DE EE.UU. SOBRE SU “INCAPACIDAD” POLíTICA

Berlusconi en los Wikileaks

A los escándalos sexuales del “bunga bunga” se les suman ahora los papeles filtrados de la diplomacia norteamericana. La visión de Washington sobre Italia es la de un país con una clase política “de incapaces” que no saben gobernar.

 Por Elena Llorente

Desde Roma

Nuevas revelaciones de Wikileaks, compra de diputados, deterioradas relaciones con los católicos, detalles escabrosos del “bunga bunga”... los italianos están literalmente sumergidos en noticias negativas sobre su gobierno, pero Silvio Berlusconi sigue en pie.

La imagen de Italia que presentan los 4000 documentos difundidos por Wikileaks, que comenzó a publicar el diario opositor La Repubblica, dejaron con la boca abierta a unos cuantos. En uno, el embajador estadounidense en Roma hasta 2009, Ronald Spogli, dice que “la inseguridad o la incapacidad de los líderes italianos para enfrentar muchos de los problemas que afligen a la sociedad, como un sistema económico no competitivo, las infraestructuras obsoletas, la deuda pública creciente, la corrupción endémica, dan la impresión de una gestión ineficiente e irresponsable. El primer ministro Silvio Berlusconi es el símbolo de esta imagen”.

Pero por lo que ha podido verse recientemente, el mundo político italiano sigue contaminado por procedimientos poco claros. Cinco parlamentarios se habían ido hace dos meses del partido de Berlusconi, el Popolo de la Libertad, por diferencias fundamentales con el líder, para fundar un nuevo partido con Gianfranco Fini, exponente de la derecha democrática y presidente de la Cámara de Diputados. Por no se sabe qué malabarismos secretos acaban de volver al redil de Berlusconi. Futuro y Libertad, el nuevo partido de Fini, denuncia que Il Popolo della Libertà ofrece de todo, dentro y fuera del Parlamento, para literalmente comprar parlamentarios y mantener la mayoría en las dos Cámaras. Hace un tiempo se supo que a uno le habían ofrecido pagarle la hipoteca de la casa para que se quedara.

Pese a la mayoría oficialista en el Parlamento, algunas encuestas hablan de que Berlusconi pierde el favor de los votantes. Una de ellas, entre los católicos –religión mayoritaria entre los italianos– que miran sin simpatía los escándalos del primer ministro, dice que el 73 por ciento quiere que renuncie.

El escándalo más escabroso que afecta a Berlusconi gira sobre las muchachas jóvenes y lindas que frecuentaban las fiestas en sus distintas residencias. La lista de nombres de estas jóvenes, algunas menores de edad, sigue creciendo. Al parecer, las muchachas invitadas a Villa San Martino, la residencia de Berlusconi en Arcore (Norte de Italia), después de la cena pasaban a una sala en el subsuelo donde bailaban sugestivamente y según una de ellas, Ruby, completamente desnudas, para dar placer al primer ministro y sus invitados, y terminar todas en una piscina cubierta. Este era el rito conocido por la prensa como “bunga bunga” y que Berlusconi habría tomado del líder libio Muammar Khadafi y su harén.

Las declaraciones de Ruby a los magistrados contienen una serie de contradicciones, en parte, dicen algunos, porque después de los primeros interrogatorios de los jueces, la joven recibió presiones de los abogados del primer ministro.

En las revelaciones sacaron a relucir personajes como la dominicana Marystell García Polanco, una show girl que en algún momento trabajó como ayudante en un programa televisivo. En declaraciones a la prensa en enero, García Polanco dijo que había tenido relaciones sexuales con Berlusconi. La joven, que tiene una hijita, vive en un departamento prestado por Berlusconi pese a que el novio que tenía entonces, también latinoamericano, está cumpliendo una condena por tráfico por haber sido descubierto con varios kilos de cocaína.

La pregunta que queda en el tintero entonces, y que muchos se plantean, es cómo hace Berlusconi para seguir en pie con todos estos problemas.

No se puede negar que su enorme poder económico lo respaldan tres importantes canales de televisión, diarios, revistas, editoriales de libros, financieras, bancos, productoras de cine y de televisión, y muchas otras empresas integran su imperio.

La segunda parte de esta respuesta es una pregunta que a muchos martilla en la cabeza y que no quiere ser ofensiva: ¿no será que al menos una parte de los italianos justifica su accionar porque quisiera ser como él? El mismo Berlusconi lo subrayó hace algunos días: “Los italianos son como yo”.

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Berlusconi puede estar comenzando a perder realmente las riendas del poder político en Italia.
Imagen: EFE
 
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