Sábado, 19 de febrero de 2011 | Hoy
SOCIEDAD › LOS MAQUINISTAS FUERON INDAGADOS Y QUEDARON EN LIBERTAD
El juez consideró que “no hay elementos para imputarlos por un hecho doloso”. El maquinista ayudante dijo que no pudo accionar el freno de emergencia porque “estaba clausurado con un candado”. El freno principal funcionaba.
Por Carlos Rodríguez
Los maquinistas que conducían el tren de Ferrobaires que se accidentó el miércoles en San Miguel quedaron anoche en libertad, luego de prestar declaración indagatoria durante más de siete horas, en una causa en la que están acusados de “homicidio culposo”. El juez federal de San Martín, Juan Manuel Yalj, aseguró que por ahora “no hay elementos para imputarlos por un hecho doloso y quedaron en libertad porque son trabajadores que no tienen antecedentes y por entender que, al menos ahora, no hay ningún peligro de que quieran eludir el accionar de la Justicia”. Yalj hizo declaraciones luego de las indagatorias. Dijo que el ayudante del maquinista, que fue el primero que vio a la formación detenida de la Línea San Martín contra la que chocaron, reconoció que no pudo accionar el freno de emergencia porque el que tenía a su alcance “estaba clausurado con un candado”. De todos modos, el maquinista pudo accionar el freno principal, pero “no tuvo el tiempo y la distancia necesarios” como para evitar el choque. El juez insistió ayer en que el tren de Ferrobaires cruzó dos señales en rojo (peligro), mientras que los maquinistas dicen que estaban en amarillo (precaución). Por esa razón hoy se hará una pericia con las señales en cuestión.
“Ellos dijeron que las luces estaban en amarillo, pero las constancias que tenemos nosotros, hasta el momento, indican que estaban en rojo”, aclaró el juez en la rueda de prensa. “Por esa razón –agregó–, mañana a las 11 (por hoy) vamos a realizar una inspección ocular” para observar el funcionamiento de las señales. El gremio de La Fraternidad solicitó, al principio, que la pericia se hiciera cerca de las 19, en el mismo horario en que ocurrió el accidente, pero luego desistió del planteo. El juez explicó que “no hay problemas por el tema horario, ya que los propios maquinistas reconocieron que no tenían ningún problema de visión, por la caída del sol en la tarde del miércoles, de manera que la inspección se puede realizar sin perjuicio para nadie”.
De las pericias participarán los maquinistas Sergio Balbi y Pablo Raviola, peritos del juzgado, y otros de la Escuela Técnica Central del gremio que agrupa a los maquinistas. El juez, en su contacto con los periodistas, reconoció que tanto Balbi como Raviola, en sus respectivas declaraciones, “fueron muy explícitos y prestaron toda su colaboración”. En ese marco “dijeron que estaban clausurados el freno conocido como ‘hombre muerto’, que está del lado del maquinista, y que tenía un candado el freno que está del lado del ayudante”. De todos modos, como había informado ayer Página/12, hay otra palanca para frenar el tren, ubicada frente al maquinista. Esta fue accionada, “pero no tuvieron el tiempo y la distancia necesarios como para poder detener el tren” y evitar el choque.
“Lo que entendemos, por el momento, es que pudo haber una negligencia de parte de los conductores, pero no la existencia de un delito doloso. Es gente de trabajo que no tiene antecedentes”, insistió el magistrado. El juez, en sus primeras declaraciones públicas, había dicho que eran tres las señales que no habrían sido tenidas en cuenta por los maquinistas, las dos rojas y una amarilla. Dos maquinistas consultados por ese diario explicaron que la amarilla significa “precaución” y propone la disminución de la marcha, mientras que la roja es “peligro” y obliga a la detención total de la formación.
En este punto es importante saber a qué velocidad iba el tren al momento de la colisión, porque eso demostraría si los maquinistas acataron la señal amarilla, que ellos dicen haber visto, y desaceleraron la marcha. Según lo que dijo el juez Yalj, los conductores aseguraron que el tren iba a 30 kilómetros por hora cuando embistió a la formación detenida de la Línea San Martín. El magistrado aclaró que “según las primeras impresiones que teníamos nosotros, iban a un poco más de 30 kilómetros”.
En los servicios de trenes urbanos y suburbanos, la velocidad que deben desplegar las formaciones, en este caso tiradas por una máquina diésel, las establece el concesionario. “Hay tramos en los que pueden ir a 70 o 100 kilómetros por hora y en otros a velocidades más bajas, 40 kilómetros o menos, pero eso lo establece Ugofe (Unión de Gestión Operatoria Ferroviaria de Emergencia) y los maquinistas tienen que cumplir ese mandato”. Una máquina como la que tenía el tren de Ferrobaires puede desarrollar hasta 120 kilómetros por hora.
El juez dijo que es más fácil hacer una pericia en un auto que en un tren, cuando se trata de establecer la velocidad de marcha. De todos modos, la pericia que se hace hoy, para comprobar el funcionamiento de las señales, podría servir en ese punto. Cuando un tren sale de o pasa por una estación, varios son los controles que registran el horario exacto de partida o de pasada. La cámara que tiene la locomotora capta el paso por las señales, de manera que se puede tomar el tiempo entre punto y punto, para establecer la velocidad aproximada. Y además, en este caso, para verificar si cruzaron con luz roja o con luz amarilla, porque hay registro del horario en que se cambió el color de la señalización. También está el aporte de la filmación de la cámara que llevan las locomotoras.
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