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El gobierno chileno de Sebastián Piñera (foto) entregó ayer una tercera propuesta a los estudiantes que cumplen casi tres meses de movilizaciones, ampliando beneficios como el número de becas y una reducción de los intereses de los créditos para financiar los aranceles universitarios. El ministro de Educación, Felipe Bulnes, dio a conocer los anuncios en la víspera de una nueva movilización de los estudiantes por las calles céntricas de Santiago y mientras aumenta el número de jóvenes en huelga de hambre que necesita ser hospitalizado.

La nueva oferta tiene cuatro ejes: financiamiento, traspaso de los colegios municipales al Estado Central, vigilar que se cumpla la ley y las universidades privadas no obtengan lucro y el aseguramiento de la calidad de la enseñanza en todos los ámbitos. El funcionario anunció el recorte desde 5,6 por ciento a 2 por ciento de la tasa de interés de los créditos con aval del Estado que utilizan algunos estudiantes de nivel superior, y la igualó de esta manera a los intereses que pagan los alumnos de universidades tradicionales. “Estamos eliminando una discriminación odiosa, injusta y abusiva, porque había dos tipos de crédito para los estudiantes; tenemos que tener una misma tasa de interés, sin hacer diferencia por el tipo de institución al que acuden”, subrayó el ministro. Bulnes ratificó, además, el compromiso del gobierno a ampliar las ayudas estudiantiles en la educación superior, desde el 40 por ciento antes anunciado al 60 por ciento más vulnerable de la población, de modo de “avanzar a la clase media”. “Presentaremos un sistema combinado de becas y créditos para que los alumnos tengan, de una u otra forma, ayuda directa del Estado”, señaló Bulnes y resaltó que “la educación gratuita no debe ser para todos”, pero sí “los recursos de todos los chilenos deben destinarse a los sectores vulnerables y a la clase media”.

En cuanto a la desmunicipalización de la enseñanza, el ministro detalló que el proyecto de ley que enviará el gobierno al Congreso en septiembre próximo contempla el traspaso de la administración de los colegios desde los municipios hacia “organismos públicos descentralizados”.

Los estudiantes chilenos esperaban una respuesta “clara” y “efectiva” a sus demandas para una educación gratuita y de calidad. La presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh), Camila Vallejo, había puesto requisitos mínimos a la nueva propuesta en base a los cuatro ejes que había anticipado este mediodía el ministro vocero, Andrés Chadwick. Los estudiantes demandaban que la gratuidad de la educación estuviera dirigida al 70 por ciento de los estudiantes más vulnerables, en lugar del 60 por ciento ahora propuesto por el gobierno. El gobierno de Piñera, quien definió recientemente la educación como un bien de consumo, planteó repactar las actuales deudas de los universitarios.

Las propuestas, que profundizan ofertas anteriores, no convencieron a los estudiantes, que para hoy convocaron a una jornada nacional de protestas y una multitudinaria marcha por las calles de Santiago pese a los inconvenientes que impuso la Intendencia Metropolitana para limitar el recorrido solicitado por los dirigentes, desde Plaza Italia a Plaza de los Héroes por la Alameda. “Hay cosas que no están siendo resueltas, hay muchos vacíos”, reclamó Camila Vallejo. “Están quedando muchas dudas”, agregó. Vallejo estimó que la respuesta de los estudiantes se daría recién el sábado, cuando se realice una nueva reunión de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech). Según la dirigente estudiantil, la reforma educativa debe garantizar “el rol del Estado como garante, proveedor y responsable del sistema educativo en su conjunto, con financiamiento adecuado, con un sistema pluralista, democrático e intercultural”.