EL MUNDO › ES EL ROL QUE LE DEJAN WASHINGTON Y LONDRES
Una ONU sólo para la ayuda
Por Isabel Piquer
Desde Nueva York
La ONU ha calculado que la población iraquí sólo dispone de comida suficiente hasta finales de abril. Para evitar una crisis humanitaria de proporciones incalculables, el Consejo de Seguridad alcanzó un acuerdo para aprobar hoy el programa “Petróleo por alimentos” en Irak, tras un borrador que presentó Kofi Annan, el secretario general de ese organismo. Actualmente, el programa tiene fondos para destinar alimentos por más de 2.500 millones de dólares, provenientes de las ventas petroleras.
El Consejo, que consiguió dejar a un lado temporalmente sus diferencias políticas, aprobaría hoy una resolución que reanude bajo la supervisión de Annan, el programa de asistencia Petróleo por alimentos del que depende el 60 por ciento de la población iraquí. El tiempo apremia. “Decidimos incrementar las raciones en las semanas previas al conflicto”, explicó Ian Steele, portavoz del programa, “estimamos que la población dispone de comida para las próximas cinco semanas, hasta finales de abril. Pero muchos factores podrían agravar la situación: algunas familias son tan pobres que venden sus raciones para conseguir otros objetos y si tienen que huir es poco probable que puedan transportarlo todo”.
Hasta la semana pasada, cuando fue suspendido, el programa distribuía alimentos básicos (harina, azúcar, arroz) en 55.000 puntos repartidos por todo Irak: 11.000 en el norte, a través del Programa Mundial de Alimentos (PMA) y 44.000 en el centro y sur del país, bajo la supervisión del Ministerio de Comercio iraquí. “Eran los comercios de la esquina donde la gente iba a abastecerse todos los días”, dijo Steele. Pese a la evacuación del personal de la ONU la distribución se ha mantenido en algunas zonas de forma muy fragmentaria. “Sabemos que el personal local, unos 3.400 iraquíes, siguen distribuyendo los suministros que dejamos sobre el terreno aunque no tenemos contacto con ellos”, indicó Steele.
El programa fue aprobado en abril de 1995 (aunque no pudo ponerse en marcha hasta diciembre de 1996) para aliviar las repercusiones del embargo. En los últimos años, a medida que la infraestructura y los servicios públicos iraquíes se fueron degradando, amplió su acción al mantenimiento básico de casi todo el país. Con el dinero del petróleo iraquí (una media de dos millones de barriles al día), la ONU construyó casas, abasteció escuelas, purificó aguas, desminó territorios, instaló líneas de teléfono y mantuvo parte de la red eléctrica. En estos momentos, el programa dispone de algo más de 10.000 millones de dólares en el oleoducto es decir en contratos ya apalabrados pero que todavía no han sido abonados. El nuevo mandato de Annan le permitirá redirigir estos fondos hacia los problemas más urgentes, durante 45 días, al cabo de los cuales, el Consejo de Seguridad volverá a reunirse para decidir quien asume la responsabilidad de las exportaciones de crudo iraquí.
Los Quince seguían trabajando ayer en la letra pequeña de la resolución para evitar politizar en exceso el tema humanitario. Con el apoyo de británicos y norteamericanos, la propuesta presentada por Annan era criticada por Francia, Alemania y Francia, hasta que se eliminaron los puntos que daban por sentada una aprobación tácita que legitimaba la invasión a Irak.