EL MUNDO › ESCENARIO

Caridad

 Por Santiago O’Donnell

Todo empezó casi como un chiste. El jueves 10, pasadas las diez de la mañana, en Viedma, Río Negro, esto dijo por radio Juan Carlos, propietario y conductor de una FM local:

“Yo no tengo ningún hermano (boliviano). Pasada la frontera de este país yo no tengo ningún hermano, por lo menos que yo conozca, no sé qué hizo mi viejo, mi vieja, yo no tengo ningún hermano. Entonces para mí son extranjeros que vienen a usufructuar de una bonanza argentina, que en sus países tienen que comer debajo de la mesa como el perro... pero nosotros no somos digo tan generosos, digo somos estúpidos, traemos arrebatadores, traemos punguistas, traemos asesinos de los países vecinos y los profesionales que nosotros formamos con tanto sacrificio y esfuerzo en nuestras universidades se los regalamos a los países del primer mundo. Somos unos vivos. La verdad, nos tienen que aplaudir todos.” Prosigue Juan Carlos: “Ahora algunos muchachitos vienen de Bolivia y a los dos o tres meses tienen una cuatro por cuatro... nueva. Entonces vos decís, ¿pero este tipo de dónde? Si este tipo no sabe ni leer ni escribir. ¿Qué es? ¿Una mula? ¿Qué hacen? ¿Hacen horas extra de noche?”.

Sixto Valdez no tardó en enterarse. “Los compatriotas nos alertaron. Fueron varios”, cuenta al teléfono el titular del Consulado boliviano para la Patagonia, cuya sede se asienta justamente en Viedma. Después de escuchar las quejas, el cónsul llamó al Inadi y habló con el delegado provincial, Julio Acavallo. Después habló con Ana Pimentel de la Pastoral de Migraciones de la Patagonia Argentina. Después habló con los dirigentes de las dos asociaciones de bolivianos que hay en la Patagonia, la de Viedma y la de Caleta Olivia. Acavallo, el delegado del Inadi, habló con Juan Carlos a propósito de sus declaraciones radiales. “(Juan Carlos) Telefónicamente ha relativizado los dichos, nos planteó que las manifestaciones no fueron de carácter xenófobo, sino que fueron opiniones sobre las personas de nacionalidad boliviana, así que ha desmentido esto que manifestaron el Consulado y la Asociación”, dijo el funcionario en declaraciones al diario Río Negro.

Respecto de las declaraciones de Juan Carlos, el especialista del Inadi señaló: “Realmente es muy indignante escuchar estas afirmaciones. Pero éstas son expresiones, pensamientos y afirmaciones de personas que han quedado añorando o pegadas a otros momentos históricos del país... Hoy la Argentina tiene una ley de migraciones que es ejemplo a nivel internacional, tiene una ley de avanzada que pone en un plano de igualdad a los argentinos con los inmigrantes, ya sea en sus derechos u obligaciones... Estas sospechas y denigración que se hace sobre los inmigrantes, la verdad que deja en una posición muy repudiable a la persona que lo hace... Seguramente no es Viedma el único lugar donde hay este tipo de pensamientos, pero en este caso es mucho más complejo porque uno supone y espera de comunicadores sociales una responsabilidad que no tiene un ciudadano común.”

Acavallo explicó que quienes se sintieron ofendidos tienen derecho a demandar a Juan Carlos por lo que dijo sobre los bolivianos bajo las leyes antidiscriminatorias vigentes en nuestro país. Agregó que la nueva ley de medios establece sanciones para manifestaciones discriminatorias o xenófobas por televisión. Después contó lo que iba a hacer el Inadi: “Nuestro trabajo será desde el punto de vista técnico determinar todas las implicancias que tiene desde la perspectiva de la discriminación y la xenofobia. Es decir, un peritaje técnico de los dichos en este caso”, le dijo al diario.

La pastoral aprovechó la noticia para formular una invitación. “(Hacemos) un humilde llamado a la reflexión a quienes asumen actitudes hostiles hacia los inmigrantes, en particular hacia miembros de la comunidad boliviana, para que supere-mos prejuicios y temores, observando más bien en ellos a hermanos que nos ofrecen con absoluta honestidad toda su creatividad y capacidad de trabajo. (Hacemos) un llamado a toda autoridad pública y medios de comunicación social a poner el máximo de responsabilidad y celo al momento de abordar el tema migratorio, porque despierta fácilmente prejuicios y temores en cualquier sociedad. (Podemos) esforzarnos todos por construir comunidades donde triunfe el encuentro por sobre el desencuentro, la integración e inclusión por sobre la exclusión y discriminación, la acogida fraterna por sobre la descalificación prejuiciosa y el miedo al diferente, (decir) no al estancamiento de muchos, (decir) sí a valorar la diversidad cultural como una significativa riqueza y aporte al crecimiento con equidad.”

A Sixto Valdez le dolieron los dichos de Juan Carlos, pero se queda con los de Acavallo, los de la pastoral y los de tantísimos argentinos más. “Son casos muy aislados. Habría que destacar que el pueblo argentino no es racista, no es xenófobo, son lunares en medio de la enorme solidaridad del pueblo argentino y también de sus normas legales, que son muy avanzadas en el mundo en relación con los inmigrantes. La Ley de Migraciones está llena de solidaridad con el inmigrante y las políticas sociales del gobierno son de gran impacto para los inmigrantes. De ninguna manera se puede decir que la xenofobia o el racismo o la discriminación están generalizados, son casos muy concretos. En todo el mundo hay gente que no tiene tolerancia, solidaridad o caridad. Aquí vienen muchos bolivianos porque es una patria grande y encuentran mucha solidaridad acá, mucha esperanza, y porque la Constitución argentina tiene la filosofía de la diversidad de las culturas. Creo que hay muchas más cosas positivas que negativas para decir sobre este tema.”

Respecto de las declaraciones radiales en cuestión, el cónsul boliviano señaló que su intención no es demandar a Juan Carlos ni pedirle nada. “El Inadi tiene que valorar el caso y aplicar lo que corresponde. Tiene que analizarlo técnica y jurídicamente. Cada caso es diferente. Hay que dejarlo en manos de Inadi, que tiene gente especializada”, se ataja.

El Inadi se encarga de monitorear casos de discriminación en la Argentina. Según sus estudios, los inmigrantes de países limítrofes son uno de los blancos predilectos de los discriminadores. Así lo señala un proyecto de ley de la diputada nacional Silvia Vázquez (radical K) pidiendo informes sobre los casos de discriminación contra bolivianos en la Argentina.

“Según el Mapa de la Discriminación elaborado por el Inadi desde diciembre de 2006, y que publica en su sitio web, más de un tercio de la población del conurbano (36,3 por ciento) dice haber sufrido directamente algún tipo de discriminación, porcentaje superior al que se verificara en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde alcanzaba al 28,9 por ciento de los encuestados. Cuando la pregunta se refiere a haber presenciado hechos de este tipo, más de la mitad responde afirmativamente y las proporciones se aproximan significativamente a las de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (56 por ciento para el GBA y 54,6 por ciento para la C.A.B.A.). Respecto de las formas de discriminación sufridas o presenciadas en el GBA, tienen como principales causas la nacionalidad –en su mayoría orientada hacia inmigrantes de países limítrofes–, el nivel socioeconómico –pobreza–, el color de piel y la obesidad. Estas causas coinciden con las de la C.A.B.A., pero con la salvedad de que los conceptos estéticos (obesidad o sobrepeso) figuran como una cuarta causa, siendo el tercer tipo de discriminación el color de la piel”, dice el texto de Vázquez.

Las palabras pueden lastimar. Duelen, dice Juan Carlos. “Duele”, dice Sixto Valdez. “Más que un tema legal, se trata de un tema humano. De solidaridad, caridad y tolerancia.”

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Imagen: Bernardino Avila
 
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