Domingo, 4 de diciembre de 2011 | Hoy
SOCIEDAD › UN HOMBRE YA CONDENADO POR DESCUARTIZAR A SU PAREJA VOLVIó A MATAR A LA NUEVA MUJER
Trelew está conmocionada por un nuevo femicidio. Una joven murió tras 66 días de agonía: su pareja la golpeó, la roció con aguarrás y le prendió fuego. El había sido condenado por la muerte de otra mujer, y le conmutaron la pena.
Por Mariana Carbajal
Otro femicidio conmueve a la ciudad de Trelew, provincia de Chubut. Yanina Mabel Treuquil, de 27 años y madre de tres hijos, fue quemada luego de recibir un fuerte golpe con una sartén que la dejó inconsciente en el comedor de la casa que compartía con su pareja. La joven falleció luego de 66 días de agonía en la terapia intensiva del Hospital Zonal local. El único detenido e imputado por el hecho es su concubino. El hijo mayor de la mujer, de apenas 9 años, fue testigo del salvaje ataque que recibió su mamá y describió a la Justicia –en Cámara Gesell– cómo el hombre la roció con aguarrás cuando ella yacía en el piso y le prendió fuego, luego de que mantuvieran una discusión. El caso tiene una arista que lo hace aún más dramático y pone de relieve la desaprensión de ciertos sectores del poder político y judicial frente a la violencia machista: el acusado, Daniel Eugenio Ruiz, de 46 años, tenía una condena anterior, de 1991, por haber estrangulado y descuartizado a otra ex pareja, de 19 años, pero la pena que se le impuso en aquel momento fue leve: apenas 11 años de prisión, y cumplió solo la mitad en la cárcel debido a que el entonces gobernador radical de Chubut, Carlos Maestro, lo benefició con tres sucesivas reducciones de pena por decreto, y en 1997 accedió a la libertad condicional. La fiscal general de Trelew, que investiga el femicidio de Yanina, podría pedir ahora cadena perpetua.
El viernes 25 de noviembre, en el Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres, hubo una nutrida marcha por el centro de Trelew que pasó por el Hospital Zonal –donde estuvo Yanina agonizando– y por la comisaría segunda –donde está detenido el único imputado—, y que reclamó justicia frente al nuevo femicidio. En la movilización participaron integrantes de la Asociación Docentes Universitarios y del Sindicato de Amas de Casa, que acompañaron a familiares de la joven asesinada, entre ellos su mamá, Olga Obreque, y una hija. “Mi hija murió sin piel. Ese hombre la desfiguró. La quemó viva”, contó Olga a Página/12. La mujer, de condición humilde, relató que hacía “como un año” que su hija estaba en pareja con Ruiz, que ya había habido otros episodios de violencia pero que Yanina no los había querido denunciar: “Un día le pegó en la cara y le rompió la nariz. Nosotros le preguntábamos si quería denunciarlo pero ella no quería”. Yanina trabajaba “en el barrido” y recibía subsidios por sus hijos, agregó su mamá. Ruiz “hacía changas”, pero “siempre le sacaba la plata que ganaba mi hija y el salario que cobraba por los chicos”. Dijo que la noche en que Yanina fue quemada, Ruiz habría ido al casino “y cuando volvió a la casa, le pidió más plata y ella no se la quiso dar”.
El hijo mayor de Yanina, de 9 años, fue testigo del ataque. Según consta en el expediente judicial, declaró en Cámara Gesell. Contó que estaba durmiendo y que se despertó al escuchar que su mamá discutía “con Dany”. El nene describió que “su mamá se defendía porque le estaba pegando, le arrojó una botella de coca cola, luego Dany se la lleva, la tira al piso, y le pega con el sartén, y la aturdió. La roció cuando (estaba) en el piso, la tomó de la mano y le prendió fuego”. Dijo que luego lo hace acostar en la cama con ella, para luego llevarla al hospital.
El caso quedó en manos de la fiscal general de Trelew, Mirta del Valle Moreno, quien en la acusación destacó que el relato del niño se corresponde con los rastros encontrados en el lugar de los hechos. “En principio se secuestran trozos de vidrios de una botella de coca cola, también una sartén con presuntas manchas de sangre, observándose también cabellos en la cama”, dice la acusación de la fiscal. El brutal ataque contra Yanina ocurrió el 13 de agosto, en la casa que compartía con la pareja, en el barrio Tiro Federal de Trelew. Moreno señaló además que el testimonio del hijo de Yanina también es corroborado con una llamada al Comando Radioeléctrico que dio cuenta de una discusión en esa vivienda, ubicada en la calle Fagnando 961.
Ya en la madrugada, Ruiz le pidió a un vecino que lo llevara con su auto al hospital porque su mujer se había quemado en un accidente. El imputado dejó a Yanina en el hospital y se fue. Cuando la policía llegó esa misma mañana a la vivienda, encontró frente a ella un sillón completamente quemado. Ruiz abrió la puerta: presentaba en ambas manos restos de hollín y tenía la cara también manchada de negro. En el piso –describe la acusación fiscal– había rastros de hollín mezclado con agua y signos de haberse producido un foco ígneo. Ruiz fue demorado y quedó luego detenido.
Yanina sufrió quemaduras de distinta consideración en el 90 por ciento de su cuerpo. Para poder soportar el dolor debió ser sedada constantemente y por la extensión de las heridas sufrió infecciones generalizadas. Estuvo internada en la terapia intensiva del Hospital Zonal. Finalmente, murió el 4 de noviembre, luego de 66 días de agonía. Había comenzado a recibir injertos cadavéricos en las semanas previas para intentar cubrir de piel sus extremidades inferiores.
Antes del fallecimiento de la joven, la fiscal le imputó al acusado la figura de “tentativa de homicidio agravado por haber sido cometido con ensañamiento”. El 7 de diciembre está prevista una audiencia en la que pedirá el cambio de carátula por la de “homicidio calificado por ensañamiento”, cuya pena máxima es la prisión perpetua.
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