Miércoles, 17 de abril de 2013 | Hoy
EL MUNDO › EL CANCILLER DE COREA DEL SUR DIO DETALLES SOBRE EL CONFLICTO CON NORCOREA
En un encuentro con periodistas, en el que participó Página/12, Yun Byung-se se mostró confiado en que no habrá guerra. “Nuestra alianza con EE.UU. tiene un gran poder de disuasión”, aseguró. En Seúl, la vida cotidiana sigue su curso normal.
Por Fernando Krakowiak
Desde Seúl
Las amenazas de un ataque nuclear por parte de Corea del Norte no causaron ningún efecto en esta ciudad. La gente continúa con su vida cotidiana como si nada pasara. Lo más cercano a la histeria colectiva se pudo ver el último domingo cuando el shopping Lotte ofreció rebajas y los clientes compraban como si se viniera el fin del mundo. En el mercado tradicional de Insa-dong tampoco parecen preocupados por los misiles que pueda lanzar Kim Jong-un. Lo que más capta la atención de los turistas en esa calle llena de negocios son las artesanías y las remeras del cantante coreano del Gang Nam Style. “Tomamos las provocaciones de Corea del Norte seriamente, pero nuestra alianza con Estados Unidos tiene un gran poder de disuasión y la sociedad se mantiene calma y estable”, aseguró el lunes el ministro de Asuntos Exteriores, Yun Byung-se, durante una exposición en la Conferencia Mundial de Periodistas, de la que participó Página/12.
Yun Byung-se explicó la situación en la que se encuentra el conflicto que el país mantiene con su rival de la península y buscó llevar tranquilidad. “El 27 de julio se cumplen 60 años del armisticio, un acuerdo único en la historia, ya que no ha habido otro caso que se haya extendido durante tanto tiempo. Es una paz frágil y nuestra tarea es transformarla en algo duradero y genuino, aunque en estos 60 años Corea del Norte ha complicado esa misión, mostrándose como una constante amenaza para el sur con armas de destrucción masiva y convencionales”, sostuvo el ministro.
Luego recordó algunos hechos recientes protagonizados por el gobierno de Kim Jong-un que hicieron subir la tensión entre las partes: El lanzamiento de misiles de largo alcance en diciembre, el test nuclear en febrero, el anuncio del retiro del acuerdo de armisticio en marzo y las recientes decisiones de reactivar las instalaciones nucleares de Younbyion y bloquear la entrada al complejo industrial Gaesung, el único que contempla la participación de las dos Coreas.
Yun Byung-se calificó estos hechos como intentos destinados a desestabilizar la región, que buscan generar una atmósfera de miedo e incertidumbre. Les atribuyó como motivaciones principales el interés de Pyongyang en captar la atención de Estados Unidos y al mismo tiempo consolidar su poder interno. “Corea del Norte no sacará ningún provecho de sus provocaciones y amenazas. En cambio, seguirá más aislada y profundizará el sufrimiento de su gente”, agregó.
Cuando lo consultaron sobre cómo salir de esta situación, sostuvo que la mejor manera es un cambio por parte de Corea del Norte. “Necesitamos un esfuerzo conjunto de la comunidad internacional, especialmente de los jugadores clave como Estados Unidos y China. Corea del Norte debe darse cuenta de que si no cambia no tiene esperanza de desarrollo económico y la mera supervivencia del régimen podría estar cuestionada”, remarcó.
El ministro surcoreano dijo también que Corea del Sur está dispuesta a conversar para mejorar la relación, pero apeló a una frase argentina para decir que por ahora no lo ve posible. “Se necesitan dos para bailar tango. Esto no lo podemos hacer solos. Corea del Norte debe tomar una decisión correcta. La serie de eventos que comenzó con la caída del Muro de Berlín y el fin de la Guerra Fría, llevándonos a la Primavera Arabe y al movimiento reformista en Myammar, apunta en una dirección de inevitable triunfo de la libertad por sobre la opresión”, resaltó.
Corea del Norte cuestiona el estrecho vínculo de los surcoreanos con Estados Unidos, potencia junto a la que viene realizando ejercicios militares en la región, pero Yun Byung-se dejó en claro durante su intervención que esa política no cambiará. “Respecto de las relaciones bilaterales en la región, mantenemos la firme y fuerte alianza Corea-Estados Unidos, como piedra fundamental de nuestra política exterior, mientras seguimos alimentando las relaciones estratégicas y de cooperación con China”, concluyó. De hecho, Yun Byung-se reunió el viernes en esta ciudad con el secretario de Estado de los Estados Unidos, John Kerry, para analizar el conflicto.
Estados Unidos tiene cuatro bases militares en Corea del Sur y una de ellas está en el barrio Yongsan, en pleno centro de Seúl. Es un predio de 2,5 kilómetros cuadrados que entre 1910 y 1945 sirvió como cuartel general del Imperio Japonés, cuando Corea era una colonia de esa potencia asiática. El lugar está protegido por un muro de unos dos metros que se completa con alambre de púas y tiene varios carteles que indican que es propiedad de los Estados Unidos.
Hay un proyecto para trasladar esa base 89 kilómetros al sur, cerca de la ciudad de Pyeongtaek, para sacar a los marines del centro de la capital. Inicialmente se iba a concretar en 2013, pero se postergó para el 2016. Al lado de la base está el Memorial de la Guerra de Corea, que entre 1950 y 1953 arrasó con la península, dejando cuatro millones de muertos y una división que todavía perdura.
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