Un subcomisario de la Policía Bonaerense fue detenido, acusado de “facilitar” las actividades de una red de prostitución VIP que actuaba en distinas zonas de la Capital Federal y el conurbano bonaerense. La Prefectura realizó seis allanamientos, uno de ellos en la sede de la comisaría primera de Olivos, en el partido de Vicente López, donde se desempeñaba el oficial arrestado. También cayeron presos un hombre que sería el cabecilla de la organización y una mujer que se desempeñaba como “recepcionista” de uno de los prostíbulos. Los procedimientos fueron ordenados por la Justicia Federal de San Isidro, en el marco de una causa en la que se investiga el delito de “trata de personas”. En distintos domicilios fueron rescatadas nueve mujeres, extranjeras en su mayoría, que eran explotadas sexualmente y que ahora prestarán declaración testimonial ante la jueza federal Sandra Arroyo Salgado.

El policía detenido es el subcomisario Maximiliano Moreno, quien se desempeñaba como oficial de calle de la comisaría de Olivos. “El caso es grave, porque, desde su cargo, el oficial detenido era el tercero, en orden jerárquico, de la sede policial”, dijo a Página/12 una fuente allegada a la investigación, que se puso en marcha en diciembre del año pasado. Las actuaciones comenzaron a partir de una denuncia que se hizo ante la Unidad Fiscal de Asistencia en Secuestros Extorsivos y Trata de Personas, con intervención de la jueza Arroyo Salgado.

Uno de los procedimientos a cargo de Prefectura se hizo en la sede de la comisaría primera de Olivos, en Maipú 2840. Allí, en su lugar de trabajo, fue apresado el oficial Moreno. En la investigación tuvo una participación importante Asuntos Internos, según resaltaron fuentes del gobierno provincial. “Auditores de Asuntos Internos tuvieron mucho que ver en la obtención y seguimiento de los datos que llevaron a la detención del subcomisario Moreno”, explicó una de las fuentes consultadas.

“Lo que se cree es que el policía imputado, aunque tenía conocimiento de la existencia de varios prostíbulos VIP, hizo la vista gorda y con ello facilitó la prosecución de la actividad delictiva.” La explotación sexual se realizaba en un “departamento privado”, pero se pudo detectar la existencia de “oficinas” en el barrio porteño de Puerto Madero, en Olivos y en Ituzaingó, donde se promocionaba el comercio sexual a través de distintas páginas de Internet.

Los lugares que funcionaban como prostíbulos estaban tanto en Olivos como en Ituzaingó. La Prefectura confirmó que además del policía fueron detenidos “un hombre y una mujer” a los que no se identificó, quienes se desempeñaban como “regente y recepcionista”, respectivamente, según el parte oficial. En los allanamientos se secuestraron veinte computadoras, un automóvil de alta gama, numerosos celulares y la suma de 80 mil dólares en efectivo.

Las nueve mujeres rescatadas son oriundas de España, Uruguay, Paraguay y varias de ellas son nacidas en Argentina. En el caso se notificó a la Dirección Nacional de Migraciones, que ahora está tratando de lograr la identificación de las mujeres extranjeras víctimas de explotación sexual en el marco del delito de “trata de personas”, de acuerdo con el Protocolo de Intervención diseñado por el Ministerio de Seguridad nacional. “Hay que ver de qué forma llegaron al país y saber cuál era el trato que recibían en los lugares allanados”, sostuvo una fuente de la investigación.

“Una vez que las nueve rescatadas estén debidamente identificadas, serán entrevistadas por especialistas en el tema y recién entonces estarán en condiciones de prestar declaración testimonial ante el juzgado.” Uno de los lugares allanados es el domicilio del sindicado jefe de la organización y varias oficinas donde se halló material de importancia para la causa, dado que confirmaría la existencia de la explotación sexual.

“En algunas de las computadoras secuestradas se encontró material fotográfico y textos que promocionaban la prostitución. La organización es tan importante que en las oficinas descubiertas se hallaron lugares que funcionaban como estudios fotográficos. “En esos sitios se hacían sesiones de fotos con las mujeres explotadas, que luego eran subidas a la web.” Una de las tareas por realizar es la búsqueda, en las veinte computadoras, de material gráfico y de texto que lleve a conocer la existencia de otras víctimas de la trata. Las mujeres eran “ofrecidas como escorts o acompañantes en esos avisos publicados en Internet”.

Algunos de los puntos por investigar, según pudo averiguar este diario, pasa por saber si la red tiene ramificaciones tanto en Capital Federal como en el conurbano, y si el oficial Moreno contaba con cómplices directos o con encubridores dentro de la Policía Bonaerense.