Miércoles, 12 de junio de 2013 | Hoy
EL MUNDO › EN EL DEBATE DE CARA A LAS PRIMARIAS, LA PRECANDIDATA ADMITIó QUE CAMBIó SU POSICIóN
Fue un debate con pocas discrepancias el que mantuvieron los precandidatos de la oposición chilena. El demócrata cristiano Orrego se diferenció de sus rivales, mostrándose contrario al aborto en casos excepcionales y al casamiento gay.
Por Christian Palma
Desde Santiago
Puntual a las 22 del lunes comenzó el primer debate presidencial televisado entre los aspirantes a La Moneda del Pacto la Nueva Mayoría que aglutina a la oposición. Ahí estaban frente a frente Michelle Bachelet, José Antonio Gómez, Andrés Velasco y Claudio Orrego, todos con un pasado común: los cuatro fueron ministros de Estado de la Concertación (Bachelet fue presidenta), la fuerza política que gobernó Chile por veinte años y que fue derrotada por la derecha en la elección anterior.
Tal vez por eso, el debate que fue televisado por dos canales –uno de TV abierta y otro de cable– fue considerado frío, con poca polémica y confrontación. Más amistoso que un encuentro por marcar diferencias.
A pesar de esto, el encuentro tuvo un pico de rating en horario prime y marcó el inicio de la recta final de las cartas opositoras al principal sillón del país.
Los que sí metieron ruido fueron las numerosas personas que se reunieron fuera del estudio televisivo para protestar contra las políticas impulsadas por la Concertación, principalmente en materias educacionales. Pero de eso poco y nada se vio por las pantallas. Entre los candidatos, más coincidencias que discrepancias. El financiamiento de la educación, la creación de una AFP estatal y la idea de convocar a una asamblea constituyente para elaborar una nueva Constitución marcaron las pocas diferencias entre quienes se medirán en las primarias del 30 de junio.
En este punto, Bachelet reiteró que pretende dar gratuidad a la enseñanza superior paulatinamente. “Esta debe ser un derecho social”, dijo, y su objetivo es avanzar hacia la gratuidad universal, postura respaldada por Gómez. Orrego y Velasco se mostraron contrarios a que el Estado financie la educación a sectores más pudientes.
Con respecto a la creación de la AFP estatal, Bachelet y Orrego se mostraron de acuerdo con la existencia de una administradora de pensiones bajo el dominio público para regular el mercado. Velasco (ex ministro de Hacienda de Bachelet) sólo propuso correcciones al modelo. Gómez, por su parte, planteó derechamente eliminar a las AFP.
En relación con la asamblea constituyente, Gómez (quien fue ministro de Justicia de Ricardo Lagos) dijo que respaldaba este mecanismo, que en Chile ha despertado muchos adherentes que se pronuncian principalmente por las redes sociales. Bachelet dejó claro que no descartaba esta alternativa, pero como una suerte de último recurso, pues los cambios deben venir por la vía institucional. Velasco y Orrego (ex ministro de Vivienda de Lagos) rechazaron la idea de la asamblea constituyente y se mostraron partidarios de reformas al amparo de la actual Constitución.
Uno de los puntos más álgidos del debate se vivió a la hora de hablar de temas cuestionados. En este plano, el demócrata cristiano Claudio Orrego se diferenció de sus contendores al mostrarse contrario al aborto por casos excepcionales y el matrimonio homosexual. Los otros tres están de acuerdo con el aborto en casos de violación, inviabilidad o peligro para la madre. También defendieron el derecho de la mujer a elegir y el matrimonio igualitario. En este punto, Bachelet reconoció que modificó su postura con relación a lo que pensaba cuando fue candidata hace ocho años.
Bachelet también protagonizó dos momentos importantes del debate. El primero, cuando bromeó con las palabras de Velasco, quien criticó la “vieja política”, ante lo cual la ex presidenta respondió entre risas y fiel a su estilo: “No sé si se refiere a mí, pero soy partidaria de la nueva política”. El otro –y que marcó el rating– fue cuando se le consultó por su responsabilidad en la muerte de miles de chilenos el 27 de febrero de 2010, cuando se registró un terremoto y posterior tsunami en buena parte del país, siendo ella presidenta. En ese sentido, Bachelet reiteró que se hizo todo lo posible para evitar muertes y para informar a la población y que quedó demostrado que los organismos técnicos del país no estaban preparados para un cataclismo de esa magnitud. La ex presidenta tampoco pidió perdón a las familias afectadas, pues aseguró que no era el momento ni el lugar para hacerlo, pero que a su debido momento lo hará. “Esa noche hicimos todo lo humanamente posible”, dijo. Ante la contrapregunta, agregó que “Chile me conoce. Nunca he tenido temor de reconocer errores o de pedir perdón, pero hoy es tiempo de que actúe la Justicia y ya habrá momentos para lo otro”.
Terminado el debate, los líderes estudiantiles reconocieron que las propuestas educacionales de Bachelet y Gómez coinciden en algunos aspectos con sus demandas, pero pusieron en duda el liderazgo de los candidatos para concretarlas. “Lo que dicen Bachelet y Gómez es mucho más parecido a lo que hemos planteado y eso demuestra cuánto hemos avanzado como movimiento estudiantil”, afirmó el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh), Andrés Fielbaum.
“Michelle Bachelet dijo que ella tiene el liderazgo suficiente para poder conducir a la Concertación a un comportamiento totalmente diferente, pero el liderazgo no se anuncia ni se promete, el liderazgo se ejerce”, agregó.
Del mismo modo, el candidato presidencial independiente Marco Enríquez-Ominami criticó la falta de interpelación y sostuvo que el debate se realizó bajo las reglas que pusieron los mismos candidatos y que a su parecer se trató de “un debate muy de los ’90, no de 2013”.
En tanto, los precandidatos del oficialismo, que también se enfrentan mañana, también cuestionaron la cita televisiva. Andrés Allamand señaló que “hemos visto a cuatro ex ministros de la Concertación que gobernaron durante veinte años y que han terminado por renegar de todo lo que hicieron. Ellos no sólo son opositores al presidente Piñera, sino que también son opositores de lo que ellos mismos hicieron”. Por su parte, el precandidato de la UDI, Pablo Longueira, dijo que “lo que sorprende es escuchar a cuatro ex ministros que durante veinte años no los vimos nunca plantear una asamblea constituyente y menos discutir temas que están planteando como si no hubieran gobernado nunca Chile”.
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