Miércoles, 12 de junio de 2013 | Hoy
EL MUNDO › EL MANDATARIO PIDIó LA APROBACIóN DE LA REFORMA MIGRATORIA Y PUSO EL EJEMPLO DE DIEGO SáNCHEZ
El líder demócrata dijo que el estudiante indocumentado de 22 años es “un soñador que había hecho todo bien y que se entera de que tiene que vivir con el temor de la deportación”. Su familia es oriunda del Chaco; su madre, activista.
El presidente estadounidense, Barack Obama, se mostró ayer acompañado de un joven argentino para instar al Congreso a aprobar una reforma migratoria. En un acto que tuvo lugar en la Casa Blanca, pidió a demócratas y republicanos actuar rápido ante las deficiencias del sistema migratorio actual. “Un soñador que había hecho todo bien, no se había metido en problemas, se había destacado en clase, contribuido a su comunidad, sintiéndose esperanzado sobre su futuro y, de repente, se entera de que tiene que vivir con el temor de la deportación”, destacó el mandatario. “Es un honor que el presidente Obama haya tomado mi caso como ejemplo”, comentó Diego Sánchez, el estudiante argentino de 22 años a cuya historia se refirió el jefe de Estado durante su discurso en la Casa Blanca, en apoyo a la reforma migratoria, en el mismo día del inicio del debate de la ley en el Senado.
“Este es el resultado de una lucha de todos los soñadores (jóvenes indocumentados que llegaron de niños a Estados Unidos), que están luchando por la reforma hace varios años”, agregó Sánchez, uno de los 11 millones de “sin papeles” que se beneficiarían de la regularización que contempla el proyecto. Diego dejó la provincia del Chaco junto a sus padres hace 13 años para migrar hacia los Estados Unidos con la intención de luchar por el futuro de toda su familia, según dijo su madre, Alejandra Saucedo. “Pero no sabíamos que nos íbamos a encontrar con tantas trabas. La más grande fue cuando mi hijo terminó la secundaria y no pudo seguir estudiando”, contó. “Nunca bajamos los brazos, él nunca tuvo miedo, y empezamos a hablar con las universidades hasta que la Saint Thomas Universidad de Florida nos abrió las puertas”, recordó la mujer de 43 años, una de las líderes de la organización Madres de Soñadores en los Estados Unidos.
Sin embargo, la lucha de los Sánchez y sus tres hijos continuaría día a día. “Para que Diego pudiera obtener su actual título en filosofía y psicología, tuvimos que hacer de todo, vendimos hasta 400 empanadas por fin de semana para poder pagar la facultad”, contó Salcedo. “Fue un sacrificio, porque al ser indocumentado tuvo que pagar una cuota de estudiante internacional cuatro o cinco veces más cara que una regular, pero él hizo valer la pena todo lo que nosotros nos sacrificamos para llegar adonde está”, agregó.
Entre todos los invitados presentes en la Casa Blanca, Obama optó por mencionar la historia de Diego. “Tiempo después, su destino cambió cuando escuchó que íbamos a ofrecer una oportunidad para los jóvenes como él de salir de las sombras, fue y se anotó”, agregó, en referencia al programa DACA (Acción Diferida para Inmigrantes que Llegaron en la Infancia, en español) anunciado por el gobierno un año atrás y del cual el argentino resultó beneficiario hace apenas un mes.
Su testimonio es, además, un reflejo de lo que padecen a diario las familias inmigrantes con integrantes que todavía no pudieron regularizar su status. Hasta hace sólo días, y debido a que no pudo acceder a la residencia como sus hermanas por ser mayor de 18 años, Diego compartía el miedo de ser deportado junto a su padre, quien ahora es el único que continúa indocumentado. “Estoy muy honrado por haber sido citado como ejemplo, pero la realidad es otra”, advirtió sin rodeos el defensor de los derechos de los inmigrantes. “Sabemos que las personas siguen siendo deportadas, muchísimos no tuvieron la misma oportunidad que yo y no pudieron egresar de sus estudios”, subrayó el argentino. “Por eso, lo que ocurrió hoy en la Casa Blanca a uno le da más fuerza, más energías, porque a veces te desanimás porque están pasando cosas todo el tiempo, cosas antiinmigrantes, y esto te reanima a seguir luchando por la reforma”, añadió.
El día elegido por el gobierno central para ejercer presión sobre la ansiada reforma migratoria, que daría un camino a la ciudadanía para las cerca de 11 millones de personas que viven sin papeles en los Estados Unidos, no fue casual. Ayer mismo el Senado inició los debates para tratar el proyecto de ley presentado por cuatro senadores demócratas y cuatro republicanos, y que la mayoría oficialista en la Cámara alta busca aprobar antes del feriado nacional del 4 de julio. “Así es la reforma migratoria: aplicación más inteligente, un camino para ganar la ciudadanía, mejoras a nuestro sistema legal. Son todos pasos de sentido común”, dijo Obama en el acto junto a Sánchez.
“Tuvieron apoyo bipartidista, de una amplia representatividad de líderes de todos los ámbitos. Por lo que no hay razón para que el Congreso no tenga esto listo para el final del verano (en el Hemisferio Norte)”, aseveró el jefe de Estado. No obstante, para que la administración demócrata logre lo que podría convertirse en su principal victoria del segundo mandato de Obama, o su gran fracaso, necesita el apoyo de un sector de la oposición republicana, que exige modificaciones en materia de seguridad en las fronteras para acompañar la legislación. A su vez, para que la iniciativa se convierta en ley, el texto que apruebe la Cámara alta deberá ser armonizado con la Cámara de Representantes (diputados), que continúa sin presentar su propia propuesta de reforma.
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