Desde Washington DC

Los esfuerzos frenéticos a puertas cerradas se aceleraban ayer en Washington para elaborar un paquete fiscal que reabriera el gobierno y autorizara temporariamente un aumento del techo de la deuda estadounidense antes del jueves, cuando el Tesoro de Estados Unidos se quedará sin efectivo para cumplir con todas sus obligaciones. El foco cambió en la Casa Blanca después de que el presidente Barack Obama invitara a los jefes republicanos y demócratas tanto del Senado de Estados Unidos como de la Cámara de Representantes para llevar a cabo conversaciones para romper la impasse. Al final del día, trascendió que los senadores se acercaban a un acuerdo.

Las esperanzas se centran en una solución bipartidista improvisada por un pequeño grupo de senadores de ambos partidos. “Estamos progresando, las conversaciones fueron muy constructivas”, les dijo a los periodistas la senadora Susan Collins, una republicana moderada. Harry Reid, el líder demócrata en el Senado, manifestó que, después de las conversaciones de la mañana entre los líderes de los dos partidos, no se había llegado a un acuerdo final, pero indicó que se había hecho un progreso. “Estamos cerca”, dijo Reid al ser consultado por periodistas respecto de si ya había trato, a la salida de la reunión.

Mientras que el cierre parcial entraba en su tercera semana y un Washington disfuncional coqueteaba con llegar a tiempo para el jueves, Wall Street se mantenía en calma, con las acciones del Dow Jones industrial apenas un poco más bajas en las operaciones de la mañana. Las operaciones fueron pocas y los mercados estaban cerrados porque era feriado por Columbus Day (Día del Respeto a la Diversidad Cultural).

Los funcionarios advirtieron que, aun si el acuerdo se diera a conocer más tarde, podría haber momentos difíciles en ambas cámaras. Especialmente, tendría que votarse en la Camara de Representantes, posiblemente mañana, donde el grupo ultra Tea Party del Partido Republicano desconfiará de cualquier cosa que parezca un retroceso republicano, El 17 de este mes –en dos días–, Estados Unidos alcanzará el límite de endeudamiento y entrará en suspensión de pagos si antes de esa fecha el Congreso no acuerda elevar el techo de deuda, situado ahora en 16,7 billones de dólares.

En un claro ejemplo de cómo las discusiones en el Capitolio tienen implicaciones que van más allá de Washington y de las fronteras de Estados Unidos, una China impaciente, que tiene más tenencia de bonos del Tesoro que cualquier otra nación, pidió un mundo “desamericanizado”, donde el dólar ya no sea la moneda de reserva internacionalmente elegida. Ante una pregunta en rueda de prensa, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Hua Chunying, recalcó la importancia de las decisiones que tome Washington como primera economía mundial. “Esperamos que muestre responsabilidad”, se limitó a señalar Hua, y rechazó contestar si China tomó alguna medida “preventiva” ante lo que pueda ocurrir en Estados Unidos.

El caso fue presentado en un editorial agudamente redactado, publicado por la agencia de noticias oficial Xinhua. “Mientras los políticos estadounidenses de ambos partidos todavía van y vienen entre la Casa Blanca y el Capitolio sin llegar a un acuerdo viable para adquirir la normalidad del cuerpo político de la cual se jactan, es quizás un buen momento para que el mundo aturdido comience a considerar construir un mundo desamericanizado”, decía. Con el crecimiento global apenas retornado después de la caída de 2008, incluyendo la Eurozona, la crisis política de Estados Unidos no pudo llegar en un momento menos propicio.

Durante el fin de semana, la jefa de Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, advertía seriamente sobre el riesgo de caer, nuevamente, en la recesión, si no se encuentran las soluciones esta semana. No estaba claro si Obama estaba listo para participar directamente en el cierre de un acuerdo final, uno que probablemente incluya el extender el techo de la deuda hasta fines de enero del año que viene. Un funcionario repitió que “no pagaría un rescate, refiriéndose a las anteriores demandas republicanas de mayores recortes en los gastos y la revisión de la reforma sanitaria”.

La andanada de Xinhua, que generalmente representa los puntos de vista del gobierno de Beijing, fue tanto más sorprendente, porque fue más allá de criticar “la impasse perniciosa sobre un dossier fiscal” acusando a Washington de ponerse en terreno moralista sobre asuntos del mundo, mientras secretamente tortura a prisioneros de guerra, asesina a civiles en ataques con aviones no tripulados y espía a los líderes del mundo.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Páginal12

Traducción: Celita Doyhambéhère.