EL MUNDO › LA DISPUTA POR EL ENTIERRO DEL CRIMINAL NAZI QUE MURIó EL VIERNES, A LOS CIEN AñOS

Roma no quiere los restos de Priebke

El abogado de Erich Priebke quería enterrarlo hoy, pero el problema es dónde. La comunidad judía y el alcalde de la ciudad se manifestaron en contra. Y la vicaría prohibió que se celebre su funeral en alguna de las iglesias de su jurisdicción.

 Por Elena Llorente

Desde Roma

En Roma nadie quiere que los restos del capitán de la SS nazi Erich Priebke, que murió el viernes pasado, a los cien años, queden allí. Y la disputa entre su abogado Paolo Giachini y el resto del mundo romano ha desencadenado una guerra de mensajes, amenazas y desmentidas desde hace varios días. El abogado quería enterrarlo hoy. Pero el problema es dónde.

Está siempre vivo el recuerdo de la matanza de las Fosas Ardeatinas, en la que en 1944 fueron asesinados con un tiro en la nuca 335 civiles y por la que Priebke, considerado uno de los responsables, fue condenado a cadena perpetua en 1998. Y los familiares de esos muertos, varios de los cuales eran judíos, se oponen abiertamente, como también la comunidad judía y sus dirigentes, a que el SS sea enterrado en la capital italiana.

El alcalde de Roma, Ignazio Marino, también se manifestó contrario. Y la vicaría de Roma, es decir la Iglesia Católica, prohibió que se celebre su funeral en alguna de las iglesias de su jurisdicción. Alguien incluso sacó a relucir el Código de Derecho canónico, que es una suerte de constitución para la Iglesia, en cuyo artículo 1184 se dice que el funeral puede ser negado por el obispo a los “pecadores manifiestos” que antes de la muerte no se hayan arrepentido. Es que el boia (verdugo), como lo llaman en Italia, ni siquiera se arrepintió de los hechos por los que fue condenado o de su vida de soldado, y encima dejó una entrevista “testamento”, difundida apenas se murió, en la que, entre otras cosas, negaba la existencia de los hornos de gas en los campos de concentración.

Tampoco lo quiere la Argentina, donde Priebke se refugió durante muchos años, como claramente dijo el canciller Héctor Timerman. “Rechazaremos todo procedimiento que permita el ingreso de los restos del criminal Priebke”, porque sería “una afrenta a la dignidad del hombre”.

“No queremos crear problemas a nadie, aun cuando, debo decir, mucha gente nos ha ofrecido una tumba en el cementerio del Verano (el cementerio de Roma). No queremos hacer una ceremonia política, lo haremos con reserva”, dijo el abogado Giachini. Pero pese a lo que él diga, ya aparecieron pintadas en algunas paredes de la ciudad que rezaban “Honor a Priebke” y acompañadas de una esvástica. Se teme que los neonazis y sus simpatizantes puedan desencadenar problemas de orden público. Más aún porque mañana se conmemoran los 70 años de la redada de las SS en el gueto judío de Roma, a lo que siguió la deportación de cientos de judíos a los campos de concentración, 200 niños entre ellos.

Una alternativa para el funeral, que el abogado Giachini quiere hacer a toda costa, es realizarlo privadamente en el departamento de Roma donde vivía el SS, cumpliendo su condena en arresto domiciliario a causa de su edad. La Iglesia ha dicho que alguno de sus representantes podría ir a orar por su alma, pero sólo en un lugar privado. Pero Giachini no quiere saber nada de esta posibilidad. En realidad querría hacer la conmemoración en la calle, como una provocación, y entonces sí que la cosa podría transformarse en un problema. “De acuerdo con el jefe de policía de la capital, puedo afirmar que será negado todo permiso para la ocupación o utilización de cualquier espacio público”, dijo el alcalde Marino. En efecto, el decreto del jefe de policía le fue entregado ayer por la mañana a Giachini.

“El funeral sería una óptima oportunidad para una manifestación nostálgica de los ‘nietos’ de Hitler –dijo Riccardo Pacifici, presidente de la comunidad judía de Roma–. Darle una tumba en Roma sería como matar dos veces a las víctimas” de las Fosas Ardeatinas. “Hay sólo una solución: que se vuelva al país donde nació, en Alemania, que sea enterrado en su ciudad natal”, añadió Pacifici, que elogió la actitud de la Iglesia de Roma al prohibir una ceremonia fúnebre en sus templos. “La decisión de la vicaría es única en la historia. Creo que da una señal: la de no ser indiferente ante las tragedias humanas. No se puede ser católico y antisemita”, concluyó. Pero la ciudad natal de Priebke en Alemania, Henningsdorf, también dijo que no, y que el cementerio de la ciudad está previsto, dijeron sus autoridades, sólo para los residentes o los que tienen tumba de familia.

Otra propuesta para el entierro la hizo Harry Shindler, un veterano del ejército británico que participó de la liberación de Roma en 1944 y vive en Roma. Propuso que fuera enterrado en el cementerio alemán de Pomezia (a unos 30 kilómetros de la ciudad), un camposanto donde al concluir la guerra fueron enterrados más de 27 mil soldados y oficiales del ejército alemán, 3400 de los cuales sin nombre. El cementerio es privado y financiado por el gobierno alemán. Pero el alcalde de Pomezia también se opone porque, dice, el cementerio hospeda sólo a los que murieron durante la guerra. “Que lo entierren en Israel, así están todos contentos”, comentó con ironía Jorge Priebke, hijo del SS, desde Bariloche (ver aparte).

“Queremos hacer el funeral mañana (por hoy). Que nos digan qué tenemos que hacer”, comentó por último el abogado. Hasta última hora de ayer nada se supo, aunque se habló de un municipio de Messina, en Sicilia, que se habría manifestado dispuesto a alojarlo. Hay quien supone, sin embargo, que la información sobre el lugar y la hora del entierro no se darán a conocer públicamente para evitar eventuales complicaciones.

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Priebke tampoco podrá ser enterrado en la ciudad alemana de Henningsdorf, donde nació.
Imagen: EFE
 
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