EL MUNDO
Atentado en Roma
Una bomba de fabricación casera, pero de considerable potencia destructiva, según la policía, estalló ayer en las inmediaciones del Ministerio del Interior italiano, en el centro de Roma, provocando daños en los edificios colindantes y en los coches estacionados, pero ningún herido. El artefacto explotó al filo de las 4 de la madrugada, cuando la calle estaba desierta, y los investigadores suponen que fue arrojado desde una motocicleta. El premier Silvio Berlusconi calificó el atentado de “señal preocupante” que “no se debe infravalorar” y provocó las iras de la oposición al relacionarlo con la manifestación en apoyo de los jueces de Milán, celebrada el pasado sábado. “Creo que hay que bajar ciertos tonos, como, por ejemplo, los que se han usado en la manifestación de 18.000 personas en el Palavobis de Milán”, dijo Berlusconi a los periodistas. Fue una referencia envenenada al homenaje dedicado el sábado por la revista Micromega a los jueces de “Manos Limpias” en el décimo aniversario del descubrimiento del escándalo Tangentopoli. El acto, de 40.000 personas, fue considerado un éxito, pero el ministro de Justicia, Roberto Castelli, de la Liga del Norte, insinuó al día siguiente que manifestaciones de ese tipo pueden crear un clima que induzca a la violencia.