Sábado, 30 de noviembre de 2013 | Hoy
EL MUNDO › HACE UN AÑO EL PRI VOLVIA AL PODER EN MEXICO CON PEÑA NIETO
El aniversario no pudo ser festejado porque el partido de centroizquierda PRD anunció que se retira del Pacto por México, un acuerdo político, en desacuerdo con las discusiones de las reformas política y energética.
El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, cumple mañana, domingo, su primer año de gobierno con el agrio sabor de que el Partido de la Revolución Democrática (PRD, de izquierda) se retira del Pacto por México, un acuerdo de concertación entre la oposición y el gobierno, en desacuerdo con las discusiones de las reformas política y energética.
El líder del PRD, Jesús Zambrano, afirmó que en las condiciones actuales, su partido no puede continuar en el pacto firmado el 2 de diciembre de 2012 porque el Partido Revolucionario Institucional (PRI), en el poder, y el Partido Acción Nacional (PAN) están ignorando sus posiciones. El PRD afirma que el PAN y el PRI impulsan una reforma político-electoral “light” y negocian en privado una reforma energética “privatizadora”, a la que se opone el PRD. “Hay que dejarlo claro: son ellos los que están rompiendo el pacto, son ellos los que están dinamitando el pacto y la posibilidad de acuerdos”, dijo Zambrano. La reforma política incluye temas como la posibilidad de reelección de legisladores para períodos consecutivos o la creación de un Instituto Nacional de Elecciones, pero el PRD afirma que no se están tomando en cuenta sus puntos de vista, como la consulta popular.
Un año después de que Peña Nieto llevara al PRI de regreso a la residencia oficial de Los Pinos, su administración se caracteriza por una cruzada reformista con la que busca “transformar a México”, aunque aún se vislumbran vacíos en temas relevantes como seguridad. Las ya aprobadas reforma educativa, de telecomunicaciones y competencia económica, fiscal y financiera han dibujado el panorama del camino que quiere recorrer Peña Nieto para modernizar el país, que su partido gobernó de manera ininterrumpida entre 1929 y 2000.
Estas iniciativas fueron elogiadas por organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y cambiaron la visión que tenían críticos del PRI como el Nobel de Literatura peruano Mario Vargas Llosa, que en el pasado tildó como “dictadura perfecta” la hegemonía del partido oficialista mexicano. El cambio, no obstante, no ha caído bien en sectores como el educativo, que se opone a la reforma que establece el servicio profesional docente y el sistema nacional de evaluación educativa, así como en la izquierda, que no ve con buenos ojos la iniciativa de reforma energética gubernamental, pendiente de análisis en el Congreso y que busca abrir el sector a empresas privadas.
Esos sectores se han convertido en una piedra en el zapato para Peña Nieto en los últimos meses, en los que han tomado las calles con manifestaciones, principalmente en Ciudad de México, que han concluido en varias ocasiones con actos violentos. La mayoría de las reformas promovidas por el gobierno fueron aprobadas gracias al Pacto por México, que suscribió Peña Nieto en su segundo día de gobierno con los principales partidos del país para impulsar iniciativas que promuevan el desarrollo nacional y que ahora perdió una de sus patas.
La reforma política es promovida por el PAN, que la pone como condición para pasar al debate de la reforma energética, una de las principales para el gobierno de Peña Nieto. El presidente busca permitir una mayor participación del capital privado en el sector, actualmente un monopolio de la petrolera estatal Petróleos Mexicanos (Pemex).
Mientras que el PAN busca ir más allá de la iniciativa de Peña Nieto y abrir aún más el sector, nacionalizado en 1938, el PRD rechaza de plano que se reforme la Constitución para permitir mecanismos como los contratos de utilidad compartida con petroleras privadas.
Tras conocer la postura del PRD, Peña Nieto dijo durante un discurso en el norteño estado de Chihuahua que para lograr las reformas que impulsa su gobierno se necesita encontrar “un clima de civilidad y acuerdo político” como el Pacto por México. “Seguiremos trabajando bajo esta ruta, porque somos un país democrático. Somos un país con distintas visiones, un país diverso y plural, y en el que todas las voces merecen ser escuchadas. Pero, como en democracia, o como debe ser en democracia, sin duda debe privilegiarse la voz o aquella representación que tenga mayoría”, indicó. “Hemos sido claros invariablemente con quienes participamos en este acuerdo político de que no necesariamente debiéramos encontrar siempre unanimidad, pero sí el consenso suficiente, el respaldo mayoritario a aquello que debemos cambiar y en lo que coincidimos y que sea para beneficio del país”, agregó.
Además del tema económico, entre las cinco metas que se trazó el gobierno para el sexenio está alcanzar un México en paz. De acuerdo con estadísticas del Sistema Nacional de Seguridad Pública, de diciembre de 2012 a septiembre de 2013, en el país se registraron 15.530 homicidios vinculados en su mayoría con el crimen. En las últimas semanas han aparecido fosas clandestinas en los límites entre los estados de Michoacán y Jalisco, en las que se recuperaron cerca de 60 cadáveres de víctimas de grupos armados ilegales que operan en la zona.
Además del tema económico y de seguridad, a juicio del director para las Américas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, una de las grandes deudas pendientes de Peña Nieto es combatir la violación de derechos humanos, materia que el jefe de la organización afirma está todavía a tiempo de “cambiar el rumbo, promover responsabilidad por antiguos abusos y demostrar un verdadero compromiso”.
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