Francisco Granados, senador del derechista Partido Popular (PP), decidió renunciar a su banca un día después de salir a la luz que sería dueño de una cuenta en Suiza con 1,5 millón de euros, informaron ayer fuentes partidarias. Granados también dejará su cargo de diputado regional en la asamblea de la Comunidad de Madrid. El que fuera ex secretario general del PP y hombre de confianza de Esperanza Aguirre aseguró también que no siente que su partido le haya dado la espalda. En declaraciones en la cadena de televisión 13TV, afirmó que dimite porque está siendo sometido a un linchamiento que lo ha sorprendido por su virulencia y ensañamiento. Por eso, dijo, se dedicará a otros asuntos relacionados con la banca y la inversión.

Granados es el primer dirigente de la fuerza del presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, que renuncia de forma inmediata bajo sospecha de haber cometido alguna irregularidad. El ex tesorero y senador del PP Luis Bárcenas también renunció a su cargo, pero lo hizo recién un año después de que fuera imputado en la investigación del caso Gürtel, una trama de corrupción que pagaba comisiones a los conservadores a cambio de adjudicaciones inmobiliarias.

En este caso, la decisión de Granados llega luego de conocerse que el dirigente conservador tenía una millonaria cuenta en Suiza. La Justicia de ese país comunicó de oficio a la española sobre la existencia de una cuenta a nombre del senador del PP, quien reconoció haber tenido un depósito en el país helvético entre 1996 y 2000, que cerró a fines de siglo, y la atribuyó a su actividad profesional vinculada con la banca de inversión y cuyo monto, aseguró, es previo a su ingreso en la arena política.

No obstante, Granados, quien fue secretario general del PP de Madrid, ya era vocero de la entonces oposición en el ayuntamiento madrileño de Valdemoro en 1996. El aún senador sostuvo ayer en declaraciones a la radio Cope que está dolido y harto de escuchar determinado tipo de comentarios, en referencia a las críticas y pedidos de explicaciones de la oposición y de dirigentes de su propio partido.

En esa entrevista, Granados se sinceró al asegurar que lleva “mucho tiempo dándole vueltas a volver a la empresa privada” y que no tiene por qué aferrarse a su banca para tener un puesto de trabajo. En la misma línea, confesó que no está contento con su situación desde hace tiempo y que se siente apenado por la polémica en la que se vio envuelto.

La presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, aseguró ayer que tener una cuenta en Suiza no es delito, pero para un político sí. “Un político no puede tener cuentas en Suiza”, remarcó la dirigente al referirse a la decisión de Granados de renunciar a su cargo, algo que calificó como un gesto de dignidad. “Veo estupendamente bien que dimita”, agregó en una entrevista concedida al canal Antena 3. Precisamente, Aguirre consideró que las explicaciones que le dio Granados sobre la cuenta bancaria en Suiza no son suficientes y manifestó que tendrá que aportar más información y documentación.

Fuentes del PP confirmaron que el senador madrileño comunicó su decisión de abandonar el escaño en la mañana de ayer, que se lo hizo saber al portavoz del grupo popular en la Cámara alta, José Manuel Barreiro, y que hoy presentará su renuncia en el Registro del Senado.

Después de que la Justicia española encontrara en el país helvético cuentas millonarias del ex tesorero del PP Luis Bárcenas, la aparición en una misma frase de las palabras “cuenta bancaria”, “Suiza” y “PP” supone un golpe para la formación gobernante. A raíz de esas cuentas de las que Bárcenas sería titular, estalló todo el escándalo de presunta financiación ilegal del partido, trama de corrupción que está siendo investigada por la Justicia y que se encuentra entre las razones de la fuerte caída del PP en las encuestas electorales. Por eso, según señalan los analistas políticos, Granados no encontró apoyo entre sus compañeros de formación cuando el diario El Mundo publicó el miércoles la existencia de esa cuenta millonaria en Suiza.