EL MUNDO › 18 MUERTOS Y 110 HERIDOS EN UN ATAQUE KAMIKAZE CONTRA UN OMNIBUS EN JERUSALEN
Vuelve el fuego del cese de los palestinos
En el peor ataque desde el cese del fuego proclamado el 29 de junio por las principales facciones palestinas, un kamikaze se hizo estallar en un ómnibus lleno de judíos ultraortodoxos en Jerusalén. Hamas y Jihad Islámica reivindicaron la acción.
Un ataque suicida palestino mató a 18 personas e hirió a 110 en un colectivo en Jerusalén. “Es el peor atentado contra un ómnibus que hemos tenido”, afirmó Avid Zohar, director general de Magen David Adom (MAD), el servicio israelí de emergencias. Los grupos extremistas palestinos Hamas y Jihad reivindicaron el atentado, el más sangriento desde que las facciones palestinas firmaron una tregua contra blancos israelíes el pasado 29 de junio. Es “una respuesta a los crímenes de la ocupación israelí”, dijo el dirigente de Hamas Abdelaziz Al Rantissi. Curiosamente, agregó que el atentado no significa la suspensión de la tregua. Pero Israel canceló todos los contactos con la Autoridad Palestina y ordenó el “bloqueo general” de la Franja de Gaza y de Cisjordania.
A las nueve y media de la noche, el profesor palestino y militante de Jihad Raed Misak esperaba en una parada de colectivos en la ruta 1, cerca del Muro de los Lamentos, en el barrio judío Shmuel Hanavi. Cuando el ómnibus de la línea “2” frenó a pocos metros, este palestino de 29 años se subió y pagó su boleto. Acto seguido, detonó la carga explosiva que tenía entre sus ropas. El colectivo voló en pedazos y la explosión alcanzó a un micro que venía detrás y cuyos vidrios quedaron pulverizados. Además de Misak, murieron 18 israelíes, entre los que figuran varios niños. El vocero de MAD, Yerujam Mandola, declaró que hay 110 heridos, de los cuales 40 son menores y 13 están muy graves. La mayoría de los pasajeros del colectivo eran judíos ultraortodoxos que se dirigían al barrio de Har Nof, en el casco antiguo de Jerusalén. La policía piensa que Misak subió al colectivo disfrazado de religioso para no levantar sospechas en el chofer.
A los pocos minutos del atentado, el más grave desde el doble ataque suicida que mató a 23 personas en Tel Aviv, en enero pasado, varias agencias de noticias con base en Israel y el canal de TV Al Mana, que pertenece al grupo extremista libanés Hezbolá, recibieron llamados telefónicos anónimos que reivindicaron el ataque en nombre de las Brigadas de Al Quds, el brazo armado de Jihad. “Todos los movimientos palestinos, islámicos y nacionales, habían dicho claramente que responderían a los crímenes o a cualquier acción terrorista israelí”, declaró más tarde el dirigente de Hamas, Abdelaziz Al Rantissi, pero sin reivindicar el ataque. Sin embargo, indicó que, a pesar de todo, su grupo sigue “sometido al alto el fuego”. De todos modos, el ataque de ayer no es el primero desde que las facciones palestinas firmaron una tregua en sus ataques contra Israel el 29 de junio. El 12 de agosto pasado, dos israelíes murieron en dos ataques simultáneos en el asentamiento judío de Ariel, en Cisjordania, y en Rosh Haayin. El primero fue reivindicado por Hamas y el segundo por las Brigadas Mártires de Al Aqsa, el brazo armado del movimiento Al Fatah del presidente palestino Yasser Arafat.
Poco después de las declaraciones de Rantissi, Hamas reivindicaba el ataque e identificaba a Misak como el profesor nacido en Hebrón, en Cisjordania, que se acababa de inmolar en el ómnibus. “Israel rompe la tregua cada día y continuaremos nuestros ataques si sigue con sus agresiones y asesinatos”, advirtió Hamas. También indicó que el ataque fue una respuesta al asesinato de dos líderes del grupo a principios de agosto, en Nablus, y de Mohammed Sider, el líder de Jihad que fue muerto en Hebrón la semana pasada durante una incursión del ejército israelí. De hecho, Jihad había jurado vengar su asesinato.
En el momento del ataque, el primer ministro palestino Mahmud Abbas estaba reunido con representantes de Jihad. “Es un acto terrible contra civiles israelíes que no ayuda a los intereses del pueblo palestino”, aseguró cuando se enteró del atentado. También informó que su ministro de Seguridad Interior, Mohammed Dahlan, recibió la orden de investigar el ataque. Pero el primer ministro israelí, Ariel Sharon, ordenó suspender todos los contactos con la Autoridad Palestina (AP). Y canceló la reunión prevista para anoche, donde representantes de las dos partes iban a coordinar la retirada del ejército israelí de las ciudades cisjordanas de Kalkilia y Jericó y su entrega a la AP. Sharon se reunirá hoy con los jefes israelíes de seguridad, posiblemente para planear una respuesta al atentado. Además, su ministro de Defensa, Shaul Mofaz, ordenó el “bloqueo general” de la Franja de Gaza y de Cisjordania. O sea que nadie podrá entrar o salir de las ciudades palestinas. Cuando se hizo la cumbre de Aqaba, en junio pasado, Israel había aflojado el bloqueo que, desde septiembre del 2000, prohíbe la entrada a Israel a la mayoría de los palestinos. Por otro lado, el vocero del gobierno israelí, Avi Pazner, acusó ayer a la AP de “no hacer absolutamente nada” contra el terrorismo. “Es evidente que este ataque no está relacionado únicamente con la política de las organizaciones terroristas, sino que es resultado de la ausencia total de acción por parte de la AP”, dijo.