EL MUNDO › “ACUERDO DE PRINCIPIO” EN ISRAEL PARA EXPULSARLO
Los cañones apuntan a Arafat
Después del doble atentado del martes, en que murieron 15 israelíes, el gobierno de Ariel Sharon decidió expulsar a Yasser Arafat de Cisjordania, aunque la medida no sería inmediata. El líder palestino llamó a resistir.
El gobierno de Ariel Sharon decidió su respuesta al doble atentado de esta semana: el gabinete israelí de seguridad acordó “de principio” la expulsión del presidente de la Autoridad Palestina (AP), Yasser Arafat, fuera de los territorios palestinos. Washington se distanció de la decisión de su aliado. A pesar de dar luz verde al ejército para que prepare una acción militar, Israel destacó también que los planes no son inmediatos. En una acción espontánea, miles de palestinos se concentraron en la Mukata –cuartel general– de Ramala para protestar por la decisión del gobierno israelí. Arafat aseguró que nada ni nadie conseguirá echarlo de Palestina, en un discurso que dio ante miles de seguidores. Y su flamante premier, Ahmed Qureia, amenazó detener la formación de gobierno.
El gabinete de Sharon anunció en un comunicado que “Arafat es un absoluto obstáculo al proceso de reconciliación entre Israel y los palestinos, e Israel actuará para quitar este obstáculo”. Esta declaración significa que el ejército israelí tiene permiso para expulsar al líder palestino en el momento oportuno, según una fuente gubernamental. En este contexto, el diario israelí The Jerusalem Post invitó ayer al premier Sharon a “matar a Arafat”. En un editorial titulado “Basta”, el matutino –que se publica en inglés– afirmó: “El mundo no nos ayudará: debemos ayudarnos solos”. La decisión del gobierno israelí vino en respuesta al doble atentado de este martes, donde murieron 15 israelíes y hubo decenas de heridos.
Analistas locales trataban de entender ayer cuál es el significado práctico de la actitud israelí, que responde a la voluntad de la gran mayoría de los ministros del gobierno más que a las recomendaciones de los servicios de seguridad. Unos sostienen que por “hacer desaparecer” debe entenderse la expulsión de Arafat, quien lleva confinado en la Mukata de Ramala cerca de dos años. Otros, sencillamente no descartan que Israel cumpla literalmente la amenaza y elimine físicamente a Arafat dentro de su política de “asesinatos selectivos” de dirigentes de la Intifada de Al-Aksa.
Mientras, soldados israelíes tomaron posición alrededor de la Mukata, el cuartel general de Arafat en Ramala (Cisjordania). El ejército israelí tomó un edificio del Ministerio de Cultura en Ramala desde el que se puede observar la sede de la gobernación, en lo que fuentes del gobierno de Israel calificaron de “mensaje” a Arafat. Se trata de un edificio de varias plantas y los soldados israelíes han establecido en la última planta un puesto de observación.
El gobierno israelí destacó también que los planes no son inmediatos y dio a entender que se trata del primer paso de una campaña de presiones para que la AP combata a los grupos armados. Antes de dar ese paso, Israel deberá convencer a Estados Unidos de los beneficios de esa política, a fin de que Sharon pueda anular la promesa que hizo hace dos años al presidente George W. Bush, en el sentido de que no tocaría “físicamente” a Arafat. La Casa Blanca ha estado en contacto en las últimas 24 horas con Israel para advertir a Sharon que no tome decisiones unilaterales.
La opción de expulsar a Arafat de la zona ha sido un planteamiento de los ministros, que no ha contado con el apoyo del jefe de los Servicios Secretos, Avi Dichter. Este se opuso a la propuesta y ofreció buscar otras alternativas que ayuden a poner presión sobre el presidente palestino a fin de que combata el terrorismo o se vaya por su propia voluntad. Entre las represalias planteadas por los organismos de seguridad estuvieron las de una invasión masiva en Gaza como la que el ejército llevó a cabo en Cisjordania en abril de 2002, durante la Operación Muro de Defensa. Pero a diferencia de la decisión de expulsar “en principio” a Arafat, aprobada con la única objeción del ministro del Interior, Abraham Poraz, la posibilidad de invadir Gaza disfrutó de un menor consenso, debido también a las limitaciones logísticas en una zona densamente poblada y controlada por los grupos islámicos.
Además, el ejército sostiene que ello hará necesario el alistamiento de soldados reservistas en momentos en que las arcas públicas están ya vacías. En cualquier caso, y en previsión también de una posible invasión, el gobierno autorizó anoche una partida presupuestaria especial para el alistamiento de la reserva. El ex primer ministro israelí Shimon Peres estimó que expulsar al dirigente palestino sería un “gran error”. El actual jefe de la oposición israelí a la cabeza del Partido Laborista señaló a la CNN que “fuera del cuartel general, Arafat molestará más eficazmente que ahora”.
Arafat pidió anoche a los manifestantes que no abandonaran la mukata porque “me quedaré en mi oficina a pesar de las amenazas de Israel”. El líder palestino dijo que “podrán matarme con sus bombas pero no podrán deportarme de Ramala”, ganándose una ovación por parte de los miles presentes. Los palestinos tomaron no sólo las calles de Ramala, sino también de Gaza, Tulkarem, Nablus, Jenín, Belén, Jan Yunes y otros muchos lugares. Arafat también enfatizó la necesidad de la unidad nacional entre los palestinos y leyó textos del Corán para alentar a su pueblo a combatir contra la ocupación de las tierras palestinas.