La presidenta de Brasil y candidata a la reelección, Dilma Rousseff, mantiene la ventaja en la intención de voto para la primera vuelta de las elecciones, pero logró achicar la diferencia que le lleva la ambientalista Marina Silva en una eventual segunda vuelta, según un último sondeo del Instituto MDA difundido ayer por la Confederación Nacional de Transportes (CNT). Para la disputa del 5 de octubre Rousseff logra un 38,1 por ciento de la intención de voto, frente al 33,5 por ciento de Silva y al 14,7 por ciento del candidato del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), el senador Aécio Neves, de acuerdo con la encuesta. Y en una segunda vuelta entre Rousseff y la candidata del Partido Socialista Brasileño (PSB), Silva sigue adelante, pero ahora con un 45,5 por ciento de las preferencias frente a un 42,7 de Rousseff.

Comparada con la encuesta anterior del Instituto MDA, divulgada el 27 de agosto, el índice de preferencias por Rou-sseff aumentó un 3,9 por ciento, mientras que Silva avanzó un 5,3 por ciento y Neves retrocedió el 1,3 por ciento, mientras que el total de electores indecisos bajó del 10,4 al 5,7 por ciento y los que no votarán a ningún candidato llegan al 5,9 por ciento. El director del Instituto MDA, Marcelo Souza, afirmó que ya no detecta la tendencia de crecimiento de Silva iniciada a mediados de agosto, cuando la ex ministra de Lula da Silva ingresó en la disputa presidencial en lugar del ex gobernador Eduardo Campos, muerto en un accidente aéreo. “No vemos una tendencia de crecimiento porque, en las simulaciones sobre la segunda vuelta, vemos que la ventaja de Silva frente a Rou-sseff era mayor en la investigación anterior”, expresó.

La encuesta se basa en entrevistas realizadas a 2002 personas de 137 municipios de todo el país entre el 5 y el 7 de septiembre pasados, y tiene margen de error de 2,2 puntos porcentuales hacia arriba y hacia abajo. El relevamiento es anterior a que se conociera, a través de la prensa, que un ex director de la estatal Petrobras arrestado desde marzo reveló a la fiscalía que la empresa era usada para pagar sobornos a decenas de dirigentes de la alianza gobernante.